EDITORIAL.- Preguntas a las que hoy en día se hace difícil encontrar una respuesta fiable, pues la definición y composición de lo que hace un hombre y una mujer, se pierde en el área gris del género. 

Algunas feministas, admiradoras de Simone de Beauvoir, te dirán que una mujer es lo que desee ser; sin embargo, no contarán las historias oscuras; o como señala la revista Vanity Fair en su artículo del ocho de marzo del 2020, «Simone de Beauvoir fue libre, pero no coherente».

O, tal vez podríamos usar el ejemplo y definición de Alfred Kinsey, quien se considera «El padre de la Revolución Sexual», pero realizó experimentos con niños, según relata el capítulo cinco de su libro «El comportamiento sexual del hombre», dónde se muestra una tabla con datos de orgasmos a 317 niños con edades entre dos meses y quince años. Posteriormente confirmado por su socio Paul Gebhard, quién declaró: “Era ilegal y sabíamos que era ilegal, pero es muy importante estudiar la sexualidad infantil”; grabado en el documental “Los pedófilos de Kinsey”, emitido el 10/08/1998 por televisión.

También está Sigmund Freud, quién básicamente afirma que la sexualidad humana es la base de los problemas psicológicos entre hombres y mujeres. Quién, por demás, era adicto a la cocaína y con el pretexto de estudiarla, hizo algunos de sus amigos adictos también. 

Al final, es importante ver estas figuras y sus vidas, ya que sirven como referencia a lo que hoy vivimos, para tratar de entender por qué hoy llamamos género, aquello que determina sexualmente una persona. Irónico, tal vez. Quién utilizó primero este término de género fue el antropólogo John Money, y quién también es recordado por el controversial caso Reimer.

 Money, en el año 1966, decidió «asignar» el sexo femenino a David Reimer, quién por una circuncisión habría perdido su miembro genital masculino; por tanto, luego de la sugerencia del antropologo y «especialista», sus testículos fueron retraídos y se le colocó una vulva artificial para convertirlo en una mujer. David Reimer tenía un hermano gemelo, de nombre Brian y quién continuaría siendo un varón. 

Brenda, como se le llamó a David posteriormente, era obligado a jugar con su hermano Brian de manera inapropiada y sexual. Durante las citas médicas, el antropólogo forzó a los gemelos a realizar juegos sexuales; los obligaba a desnudarse para realizar supuestas «inspecciones genitales», inclusive tomando fotografías en ciertas ocasiones. John Money justificó estas acciones alegando que los «juegos sexuales en la infancia» eran importantes para una «identidad de género saludable en la adultez». Hay niveles de locura. 

En 1997, el profesor de anatomía Milton Diamond determinó que el experimento de Money habría sido un total fracaso. Pues a los 14 años de edad, Reimer se enteró de lo que habría sucedido y éste decidió aplicar un tratamiento de hormonas masculinas y continuar como varón, luego de varias cirugías que le permitieron reconstruir su órgano genital masculino. Sin embargo, ambos hermanos perdieron la vida posteriormente. Brian de una sobredosis, quién nunca superó el sufrimiento que provocó a su hermano y David en un suicido pocos años después. 

Como si se tratara de una utopía, cuándo vemos más allá de la escarcha e investigamos a profundidad quiénes son los autores intelectuales de ciertas terminologías que hoy se implantan como normas, terminaremos despertando de un sueño que parece infinito y al final tendremos la respuesta de qué es una mujer y qué es un hombre.

Hoy pareciera que para la definición de estas dos palabras no existe una respuesta y cada día se alejan como tal barco que zarpa de la locura hacia el altamar de la incertidumbre.