OPINIÓN, ANDRÉS AYBAR BÁEZ, Para 7 Segundos Multimedia – Madrid, 2 de junio de 2025.- La frase “Por vuestra libertad y la nuestra” ha resonado a lo largo de la historia como un grito universal contra la opresión y el autoritarismo. En el contexto de la Guerra Civil Española (1936-1939), esta consigna encontró eco en miles de voluntarios internacionales que, sin pertenecer a España, arriesgaron sus vidas en defensa de la República frente al avance del fascismo. Entre ellos, destacó con firmeza un grupo notable y muchas veces olvidado: los combatientes judíos.
La exposición actualmente abierta en Madrid bajo ese mismo título —“Por vuestra libertad y la nuestra: Los judíos en las Brigadas Internacionales”— ofrece una mirada conmovedora y reveladora sobre la participación judía en este episodio crucial del siglo XX. Disponible desde el 12 de diciembre de 2024 hasta el 22 de mayo de 2025, esta muestra gratuita no solo honra su memoria, sino que ilumina el compromiso ético y político de una diáspora marcada por la persecución, pero también por la solidaridad universal.
Cientos de judíos, provenientes de países tan diversos como Polonia, Francia, Estados Unidos, Palestina, Rumanía y Argentina, se unieron a las Brigadas Internacionales no solo como un acto de lucha antifascista, sino también como expresión de un profundo anhelo de justicia. Muchos de ellos habían sufrido antisemitismo en sus propios países y veían en la lucha española una prolongación de su propia resistencia.
El sionismo socialista, el comunismo internacionalista, el idealismo republicano y el humanismo ético convergieron en una misma trinchera. La exposición recoge cartas, fotografías, uniformes, testimonios y documentos que reconstruyen el papel de estas figuras valientes, algunas de las cuales —como el médico Abraham Baruch y el poeta Avrom Sutzkever— dejaron un legado cultural y moral imborrable.
Más que una muestra histórica, esta exposición es un recordatorio vivo de la capacidad del ser humano para actuar más allá de sus propios intereses y fronteras. Los judíos que lucharon en España sabían que, al defender la libertad de un pueblo ajeno, también estaban defendiendo su propia dignidad y anticipando las amenazas que luego se materializarían en la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.
“Por vuestra libertad y la nuestra” no fue solo una consigna: fue una promesa ética que aún interpela a las generaciones actuales, en un mundo donde los extremismos resurgen y la empatía internacional se pone a prueba.
Visitar esta exposición no es solo un acto de memoria; es también una lección cívica y espiritual. En tiempos de individualismo e indiferencia, recordar a quienes lo dieron todo por causas que no les eran propias —pero sí profundamente humanas— puede ser el primer paso hacia un renacer de la responsabilidad global.
Agradezco profundamente al museo por permitirme el acceso, aun después del cierre de la exposición, para poder divulgar esta historia y compartirla con nuestros lectores. La memoria de estos hombres y mujeres merece ser contada una y otra vez.