WASHINGTON, D.C. – Coincidiendo con su 79º cumpleaños, el expresidente Donald Trump encabezó hoy un gran desfile militar en la capital de Estados Unidos para conmemorar el 250º aniversario del Ejército. El evento —que incluyó alrededor de 6 600 soldados, 150 vehículos blindados tipo M1A1 Abrams y carros de combate Sherman, y un despliegue aéreo compuesto por más de 50 aviones y helicópteros— se desarrolló desde el Pentágono hasta el National Mall, culminando con un concurso de fitness, un festival militar, una ceremonia de juramento para 250 nuevos soldados, un concierto y fuegos artificiales .
El desfile, que comenzó a las 6:30 p.m. EDT y se prolongó alrededor de 90 minutos, también destacó por sus intensas medidas de seguridad: un perímetro de metal desplegable de 18 millas, drones y una fuerte presencia policial.
Con una asistencia estimada de hasta 200,000 personas y un coste del orden de 25–45 millones de dólares, el evento despertó el debate sobre su coste para las cuentas públicas y su posible función propagandística.
Mientras tanto, en más de 2,000 ciudades de los Estados Unidos se realizaron hoy manifestaciones bajo el lema “No Kings” (“Sin Reyes”), en rechazo a lo que los manifestantes califican de “excesos autoritarios” y “politización del Ejército”.
En ciudades como Nueva York se concentraron decenas de miles de personas; en Los Ángeles, ya se habían producido cientos de arrestos debido a protestas previas por las redadas migratorias y la intervención militar federal en la ciudad .
Los organizadores de “No Kings”, entre los que figuran la agrupación 50501 y el movimiento Indivisible, enfatizaron el carácter pacífico de las protestas y rechazaron que éstas se realicen en Washington D.C., buscando trasladar la atención a otras ciudades como Filadelfia . En respuesta, Trump amenazó con emplear “muy gran fuerza” contra los manifestantes.
El choque de símbolos —tanques y tropas desfilando junto a imágenes de resistencia ciudadana— ha puesto de relieve la polarización que vive el país. Para unos, el desfile representa un homenaje a los soldados y al patriotismo; para otros, la personificación de un giro autoritario del liderazgo presidencial.