Expresidente de la Asociación Dominicana de Fondos de Pensiones y expresidente fundador de AFP Porvenir.

OPINIÓN, ANDRÉS AYBAR BÁEZ, para 7 Segundos Multimedia. – Después de leer un artículo en el Listín Diario que aporta valiosas reflexiones sobre nuestro sistema de pensiones, deseo sumar algunas consideraciones que estimo necesarias para enriquecer el debate público. Lo hago desde mi experiencia personal como expresidente de la Asociación Dominicana de Fondos de Pensiones y como expresidente fundador de AFP Porvenir, vivencias que me permitieron conocer de cerca las fortalezas, limitaciones y retos del sistema.

Uno de los elementos más delicados es que mientras no se logre que las cotizaciones reflejen la totalidad real de los salarios, las pensiones que recibirán los trabajadores serán muy reducidas y, en muchos casos, insuficientes para sostener una vida digna en el retiro.

Igualmente, mantener el ahorro previsional en su totalidad en pesos dominicanos lo hace vulnerable a la devaluación monetaria. La inflación, a lo largo de los años, puede erosionar significativamente el valor real de los fondos acumulados, afectando el bienestar futuro de los pensionados.

Nuestro sistema se inspiró en el modelo chileno, que en su momento representaba una innovación en la región. Sin embargo, la experiencia reciente en Chile — un país con una institucionalidad más robusta y un mercado laboral más formalizado — ha evidenciado que dicho modelo no ha logrado garantizar pensiones suficientes, generando incluso tensiones sociales que llevaron a reformas.

Si este ha sido el caso en un entorno más favorable, es razonable pensar que en la República Dominicana — donde persisten desafíos como la informalidad laboral, el subregistro salarial y la necesidad de mayor diversificación en la inversión de los fondos — debemos actuar con premura para evitar problemas mayores en el futuro.

Reitero que estamos aún a tiempo de hacer los ajustes necesarios. Reformar el sistema es urgente, no solo desde un punto de vista técnico-financiero, sino como una cuestión de responsabilidad social. Garantizar pensiones dignas es un compromiso con quienes han contribuido toda una vida.

Hago un llamado a los actores institucionales, reguladores, gestores de fondos y la sociedad en general a reflexionar con seriedad sobre este tema y a promover una reforma integral que fortalezca el sistema y garantice su sostenibilidad a largo plazo.