Israel declaró oficialmente el estado de guerra en respuesta a una sorprendente oleada de ataques
llevada a cabo por las milicias del grupo islamista Hamás. Este ataque, sin precedentes en su
audacia y coordinación, se produjo por tierra, mar y aire en múltiples puntos de Israel.

Los militantes armados de Hamás lograron burlar la seguridad israelí, penetrando en su territorio y
causando numerosas bajas en las primeras horas de la ofensiva. Es importante destacar que esta
agresión tuvo lugar a pesar de que la frontera entre Israel y la Franja de Gaza está altamente
fortificada, siendo considerada una de las barreras más infranqueables del mundo.

Hamás no solo ha causado devastación y pérdida de vidas en Israel, sino también ha secuestrado
a cientos de personas, tanto militares como civiles. Este grupo es considerado un grupo terrorista
por varias naciones y busca la destrucción de Israel y la creación de un estado islámico en su
lugar.

Su historial de ataques indiscriminados contra civiles y fuerzas militares israelíes es
alarmante, pero este más reciente ha destacado por resaltar un posible fallo en la inteligencia y la
seguridad de Israel.

Este episodio trágico subraya la importancia de encontrar soluciones duraderas para evitar más
pérdidas de vidas y garantizar la estabilidad en la región. En un mundo lleno de desafíos, la
diplomacia y la mediación son fundamentales para alcanzar la paz en Oriente Medio. Es
alentador ver que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se ha reunido para analizar la
situación, un paso en la dirección correcta.

Este conflicto no solo afecta a la región de Medio Oriente, sino que también tendrá repercusiones
en otras partes del mundo, incluida la República Dominicana. Ante esta situación, el presidente
Abinader ha convocado una serie de reuniones con los organismos del Estado pertinentes para el
estudio de medidas preventivas y un análisis a priori de posibles efectos negativos en los
distintos sectores de la economía.

Como nación importadora de petróleo, la preocupación más latente es la volatilidad en los precios del petróleo y que se interrumpa la disminución en el precio que se ha sostenido en los últimos meses.

Por otro lado, la magnitud de este conflicto puede tener un profundo impacto en las alianzas
políticas y militares en Oriente Medio, así como en las relaciones bilaterales y la percepción de
la política exterior de todos los países del mundo. Esperamos que la diplomacia y la sensatez
sean los ejes que guíen el abordaje de esta crisis.

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