La combinación de alcohol con estimulantes sexuales puede aumentar significativamente el riesgo de sufrir infartos, derrames cerebrales y otras enfermedades cardiovasculares. A pesar de los peligros asociados, estos productos se comercializan de manera indiscriminada, incluso en colmados, sin ningún tipo de regulación.

A través de videos difundidos en las redes sociales, se muestra cómo algunas personas mezclan alcohol con estas sustancias de alto riesgo, lo que pone en evidencia la falta de conciencia sobre los graves efectos que esta práctica puede causar.

El urólogo Pablo Mateo afirma que una persona que mezcle estimulantes sexuales con alcohol es un posible candidato a tener un infarto, un derrame cerebral o un evento cardíaco.

«Muchas veces, los pacientes lo que provocan al ingerir esta sustancia es que les vaya peor en la actividad sexual. Es decir, no es recomendable de todos modos utilizar medicamentos mezclados con alcohol. ¡No es lo recomendable!».

Asimismo, Mateo puntualiza que cuando el paciente consume alcohol, esto puede tranquilizarlo un poco. Sin embargo, aclara que no es el tratamiento adecuado ni lo correcto, aunque el paciente sienta la diferencia.

«Cuando se consume este tipo de sustancia, el riesgo de combinarla con alcohol es aún más alto, ya que puede provocar un evento cardíaco o cerebral. Estas sustancias alteran la presión arterial, la frecuencia cardíaca, y por eso muchos de estos pacientes que abusan de esta combinación de estimulantes con alcohol sufren eventos cardíacos o cerebrales que, en muchos casos, terminan en un desenlace fatal.»

Urólogo Cesar Rivera Peñalo

El urólogo César Rivera Peñalo señala que el abuso de sustancias estimulantes sexuales no prescriptas y no registradas representa un grave peligro para la salud de quienes consumen este tipo de productos.

«Aquí es donde viene el grave peligro de estas sustancias. Si tenemos una dosis máxima de la familia del tadalafil, por ejemplo, que son 20 miligramos, hay pacientes que luego toman otra dosis de 20 miligramos para tratar de lograr el efecto deseado, pero desconocen que la cantidad de alcohol que tienen en su sangre está disminuyendo el efecto a nivel de plasma sanguíneo. Es ahí donde estos pacientes pueden sufrir una hipotensión severa, que muchas veces termina en la muerte.»

Rivera agrega que el caso de los estimulantes sexuales es aún más peligroso de lo que se cree. «Hemos tenido casos de pacientes que se han visto al borde de la muerte por utilizar medicamentos no registrados, los cuales les han producido eventos de hipotensión que los han llevado a la sala de emergencias e incluso a la Unidad de Cuidados Intensivos.»

A pesar de que estas sustancias circulan en el mercado bajo el nombre de estimulantes sexuales, el doctor aclara que, en realidad, no existen como tales. «Es importante aclarar que los estimulantes sexuales no existen. Aún no se ha descubierto una sustancia que sea un verdadero estimulante sexual; este es un término que se usa de manera mercadológica. Lo que realmente son son estimulantes de la circulación

Problemas de circulación como causa de la disfunción eréctil

La disfunción eréctil (DE) es un trastorno sexual que afecta a muchos hombres en todo el mundo. Aunque existen diversas causas que pueden contribuir a este problema, los problemas circulatorios son una de las causas más comunes y significativas.

Según Matos, los estimulantes mejoran la circulación porque la mayoría de los problemas que se producen en la erección son circulatorios o bien debido a que no llega suficiente sangre para que se produzca una erección, o a un problema de fuga. Es decir, que la sangre llega al pene, pero se escapa; ese es el hombre que se queja de que tiene una erección, pero la pierde rápidamente.

Otro de los problemas que genera el consumo de estimulantes es que cualquiera tiene acceso a ellos, por lo que extremar las medidas a nivel de vigilancia sanitaria es más que urgente, debido a que dicha sustancia no debería ser un medicamento de venta libre y sin prescripción médica.

La mayoría de las personas utilizan este medicamento sin tener la necesidad y sin ningún tipo de criterio médico. El consumo indeterminado y sin control de estos fármacos ha provocado un sinnúmero de muertes.

Un proyecto de ley que quedó en el olvido

En 2017, el exsenador por la provincia de Hato Mayor, Rubén Darío Cruz, sometió al Senado de la República un proyecto de ley que buscaba regular la venta, uso y publicidad de los estimulantes sexuales, especialmente enfocado en su consumo por parte de los jóvenes.

En el artículo 1 de dicho proyecto se puntualizaba la necesidad de regular estos productos, mientras que el artículo 2 establecía que para obtener productos que contuvieran estimulantes sexuales, se debía presentar obligatoriamente una prescripción médica que indicara el medicamento específico que requería el paciente.

A pesar de la importancia y urgencia de esta iniciativa, el proyecto fue archivado y, hasta el día de hoy, no ha avanzado. La falta de regulación sobre estos fármacos ha generado un vacío legal que permite su venta indiscriminada, incluso en colmados, sin control ni supervisión médica. Esto ha contribuido a un creciente problema de salud pública, que pone en riesgo la vida de muchas personas, debido al uso inapropiado y sin criterio médico de estos productos.

La Constitución de la República Dominicana, en su artículo 61, establece que es deber del Estado velar por la protección de la salud de todos los ciudadanos. Sin embargo, la falta de acción legislativa en este caso demuestra un grave descuido por parte de las autoridades, dejando a la población vulnerable ante los riesgos asociados con el consumo descontrolado de estos medicamentos no regulados.

Este proyecto de ley, que podría haber sido una herramienta clave para garantizar la seguridad de los consumidores, lamentablemente sigue siendo un tema pendiente, un recordatorio de cómo muchas veces las iniciativas que buscan proteger la salud y el bienestar de la población terminan en el olvido.

Fármacos comercializados sin prescripción médica

Dentro de los estimulantes sexuales que se comercializan sin control en colmados y almacenes, uno de los más conocidos es el Troyano Lack Label, que se presenta como un multivitamínico sin azúcar compuesto por un energizante natural, ginseng y citrato de sildenafil.

Sin embargo, la realidad detrás de este producto es preocupante. El sildenafil, uno de sus principales componentes, no fue originalmente desarrollado para este uso. En su origen, el sildenafil fue investigado por accidente mientras se estudiaba su efectividad en pacientes con problemas de vías respiratorias. Es decir, el medicamento se está utilizando para un propósito completamente distinto al que fue inicialmente concebido.

Otro de los fármacos comercializados sin regulación es el Nectar del Amor, que se promociona como un suplemento multivitamínico que contiene ingredientes como vitamina A, tiamina, riboflavina, ácido pantoténico, piridoxina, colina, niacina, ácido fólico, vitaminas D, C, E, fósforo y fibra. A pesar de su presentación como un suplemento «natural», el uso indiscriminado de este tipo de productos puede representar riesgos para la salud debido a la falta de control y supervisión médica.

El tercero en esta lista es el Power Spring, un fármaco líquido que promete revitalizar el cerebro, aumentar la potencia sexual y funcionar como un superenergizante para disminuir la fatiga. Este producto se prepara con hierbas naturales raras utilizando métodos de extracción modernos, pero su caso es aún más peligroso de lo que parece. El Power Spring no tiene registro sanitario para ser utilizado en personas y sus componentes no han sido estudiados químicamente, lo que aumenta el riesgo de efectos adversos.

Institución encargada de la regulación de medicamentos

La Dirección General de Medicamentos, Alimentos y Productos Sanitarios (DIGEMAP) fue creada el 6 de abril de 2015, mediante el Decreto núm. 82-15. Como dependencia del Ministerio de Salud Pública, esta institución es el organismo competente encargado de la regulación, control, fiscalización y vigilancia de medicamentos, productos sanitarios, alimentos y bebidas que se consumen o utilizan en la prestación de los servicios de salud y/o en la alimentación, así como también del control de los establecimientos, actividades y procesos derivados de esta materia.

Sin embargo, a pesar de su rol fundamental, la DIGEMAP parece estar enfrentando dificultades para cumplir con su misión ante la actual situación de los fármacos en el mercado. La falta de medidas efectivas, sumada a la escasa difusión de información sobre las consecuencias de la mezcla de estos productos y la venta descontrolada de los mismos, plantea un grave riesgo para la salud pública. Esto genera una creciente preocupación sobre la falta de supervisión y control en un tema tan delicado y que afecta directamente al bienestar de la población.

¡Forma parte de la conversación!