Por: Andrés A Aybar Báez para 7 Segundos Multimedia. Me he quedado gratamente impresionado al observar cómo los principales líderes políticos dominicanos están abordando el complejo y delicado tema haitiano. Este enfoque, más allá de colores partidarios, marca una señal de madurez política y de compromiso con el interés nacional.

Este ejemplo debería convertirse en norma para enfrentar otros desafíos fundamentales del país. El caso haitiano no es un tema de coyuntura ni de una sola administración: es un reto de Estado que exige continuidad, coherencia y una estrategia compartida, independientemente de quién esté en el poder.

En ese mismo espíritu, urge establecer consensos duraderos en áreas clave como el sistema eléctrico, la seguridad ciudadana, la sostenibilidad de la deuda externa y, de forma urgente, el caos del tránsito, que se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para millones de dominicanos. Este problema impacta la calidad de vida, la productividad y la seguridad de todos, y no puede seguir siendo abordado con parches aislados. Requiere planificación, voluntad política y continuidad en la ejecución.

Estos temas no pueden seguir siendo arrastrados por los vaivenes del cambio de gobierno. Necesitamos acuerdos de nación, no políticas de gobierno aisladas ni improvisaciones de corto plazo.

Es una oportunidad que no podemos desaprovechar: garantizar que, sin importar si el presidente se llama Luis, Danilo, Leonel, Hipólito o cualquier otro en el futuro, los pilares fundamentales del país se mantengan con una línea coherente, institucional y con visión de largo plazo.

La verdadera democracia se fortalece no solo en las urnas, sino también en la capacidad de institucionalizar el país. Ese debe ser el norte: seguir construyendo un Estado que funcione con continuidad, donde los grandes temas no dependan del capricho de turno, sino de políticas consensuadas, sólidas y sostenibles.

Celebramos este paso, y aspiramos a que sea el inicio de una nueva etapa en la política dominicana: la etapa de la madurez institucional.