La capital de Puerto Rico, conocida por sus animadas fiestas nocturnas, podría experimentar cambios importantes debido a una nueva ley municipal.
El alcalde de San Juan, Miguel Romero, firmó una ordenanza el pasado sábado que restringe la venta de bebidas alcohólicas después de cierta hora, basándose en su convicción moral de que es la decisión correcta.
Esta nueva normativa, que entrará en vigencia en noviembre, impactará a numerosos restaurantes y bares de San Juan. Hubo intensos debates en torno a esta ordenanza, ya que los negocios y residentes acostumbrados a las noches largas y la falta de restricciones lamentan las nuevas reglas. Sin embargo, es importante señalar que los hoteles y sus clientes no se verán afectados por estas restricciones.
Los habitantes del Viejo San Juan, un barrio histórico muy popular entre lugareños y turistas, manifestaron una satisfacción cautelosa ante esta medida.
«Da la impresión de que en San Juan todo está permitido», comentó Reinaldo Segurola, de 71 años. «Es como una mezcla entre Disney y Las Vegas».
Cada noche, miles de personas se congregan en las calles del barrio, donde los establecimientos permanecen abiertos hasta las 5 de la mañana para atender a los noctámbulos, y luego la fiesta se traslada a La Perla, una localidad costera, para recibir la salida del sol.
Escenas similares se repiten en otras áreas de San Juan, como la calle Loiza y La Placita de Santurce, donde los negocios venden alcohol y la música suena hasta el amanecer.
Bajo el nuevo código, los negocios solo podrán servir o vender alcohol desde las 6 de la mañana hasta la 1 de la madrugada, de domingo a jueves, y hasta las 2 de la madrugada los viernes, sábados y los domingos si el lunes es feriado.