Un informe de expertos de la ONU sobre Haití resalta el crecimiento del tráfico ilegal de armas de fuego utilizadas por bandas armadas que han controlado el país empobrecido durante más de dos años. Estados Unidos es el principal proveedor de armas, seguido de la República Dominicana, que también vende directamente a bandas como «400 Mawozo». Las autoridades de EE. UU. han incautado armas y municiones que se dirigían a Haití, pero el tráfico sigue siendo un problema.
Además, se ha observado el intercambio de armas por drogas de Jamaica. El tráfico histórico de marihuana procedente de Jamaica a Haití por mar se ha convertido, con el tiempo, en un comercio de armas por marihuana. Según las fuentes en materia de seguridad regional que investigan la cuestión, 18 kg de marihuana pueden intercambiarse por una pistola (aproximadamente dos mil dólares) dado el especial nivel de demanda de este tipo de arma de fuego en Jamaica.
El desvío de armas de los arsenales nacionales (por robo o pérdida) ha hecho que las armas y municiones de la policía terminen periódicamente en manos de delincuentes y miembros de bandas. Entre 2012 y 2023, se reportaron perdidas o robadas unas 2,500 armas de fuego de la policía.
Además, se ha documentado la presencia de armas de fuego de fabricación privada, conocidas como «armas fantasmas,» que constituyen una preocupación importante para las actividades de control de armas en los Estados Unidos y el Caribe, ya que son difíciles de rastrear.
En resumen, el informe de la ONU destaca el auge del tráfico de armas en Haití, con Estados Unidos como principal proveedor y la República Dominicana como un puente clave para el contrabando. Este tráfico, combinado con el intercambio de armas por drogas y la desviación de armas de la policía, ha contribuido a la creciente desestabilización y violencia armada en la región, lo que representa un desafío importante para abordar la crisis en Haití.