PARÍS, FRANCIA.- Casi un siglo después, los primeros bañistas volvieron a sumergirse este sábado en las aguas del Sena, en pleno centro de París. La ciudad autorizó el baño en el río por primera vez desde 1923, tras años de trabajos para mejorar la calidad del agua.
Antes de las 8:00 de la mañana, decenas de personas, con flotadores amarillos atados a la cintura, aguardaban el momento en una de las tres zonas habilitadas, equipadas con pontones, escaleras, duchas y vestuarios. Estas áreas se encuentran cerca de la Torre Eiffel y frente a la isla de San Luis, próxima a la catedral de Notre-Dame.
El acceso es gratuito y estará disponible hasta el 31 de agosto, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan. El aforo será limitado, entre 150 y 700 personas según el lugar.
Las autoridades destinaron más de 1.400 millones de euros para mejorar la calidad del agua, principalmente a través de obras de captación de aguas residuales. Sin embargo, cuando las lluvias son abundantes y las aguas pluviales se mezclan con las residuales, se vierten al Sena, lo que ya provocó retrasos en pruebas de los Juegos Olímpicos el año pasado.





Para garantizar la seguridad, los bañistas deberán demostrar que saben nadar sin ayuda. Las autoridades advierten sobre el riesgo de ahogamiento por el cieno, las plantas, las fuertes corrientes, el tráfico fluvial y el fenómeno de hidrocución. El año pasado se registraron 13 muertes en el Sena y este año ya se han contabilizado tres.
Una normativa vigente desde finales de junio sanciona el baño en zonas no autorizadas, con el fin de evitar accidentes. Además, la ciudad, considerada el primer puerto fluvial europeo en transporte de pasajeros, reforzará los controles a los conductores de embarcaciones.
Para el próximo año, se prevé la apertura de nuevas zonas de baño en las afueras de la capital, como parte de la continuación de los trabajos de descontaminación del Sena.