Japón tiene actualmente una de las poblaciones más envejecidas del mundo: casi el 30 % de ellos tiene 65 años o más. El año pasado, la proporción de personas mayores de 80 años superó por primera vez el 10%.

En 2011, el mayor fabricante de pañales de Japón, Unicharm, dijo que sus ventas de pañales para adultos habían superado las de los bebés.

Mientras que otro empresario japones, Oji Holdings también dijo que continuaría fabricando pañales para bebés en Malasia e Indonesia, donde espera que crezca la demanda, ya que en su país había bajado.

Oji anunció que dejará de producir pañales para bebés en el país y se centrará en el mercado de adultos.

Holdings es una de las últimas empresas en adoptar esta decisión en un Japón que envejece rápidamente, donde las tasas de natalidad están en un mínimo histórico.

Las ventas de pañales para adultos han superado a las de bebés en el país durante más de una década.

El número de bebés nacidos en Japón en 2023 fue de 758.631, una cifra que supone una caída del 5,1% respecto al año anterior.

Una crisis que no es solo japonesa

La disminución de la población, resultado tanto del envejecimiento como del desplome de las tasas de natalidad, se ha convertido en una crisis para Japón, una de las economías más grandes del mundo. Pero los esfuerzos del gobierno japonés para abordar estos desafíos han tenido poco éxito hasta ahora.

El aumento del gasto en programas relacionados con la infancia y los subsidios dirigidos a parejas o padres jóvenes no parecen estar impulsando las tasas de natalidad.

Los expertos dicen que las razones son complejas y van desde tasas de matrimonio más bajas, el hecho de que más mujeres se incorporan a la fuerza laboral, y el aumento de los costos de criar a los hijos.

«Japón está al borde de saber si podemos seguir funcionando como sociedad», dijo el año pasado el primer ministro, Fumio Kishidaa. Y añadió que era un caso de «ahora o nunca».

Pero Japón no está solo. Las tasas de fertilidad también caen en Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur, este último país con la tasa de natalidad más baja del mundo.

China también vio caer su población por segundo año consecutivo en 2023 y, al igual que Japón, introdujo varios incentivos para impulsar las tasas de natalidad.

Pero el envejecimiento de la población y el impacto de una política de un solo hijo que duró décadas y que terminó en 2015 también generan desafíos demográficos en China.