Francia acusó este domingo a varios países de obstaculizar las negociaciones sobre un innovador tratado internacional contra la contaminación por plásticos, en medio de advertencias de que numerosos estados podrían abandonar las conversaciones debido a la falta de compromiso de otros.
Desde el lunes, representantes de casi 200 naciones se encuentran en Busan, Corea del Sur, buscando acordar un tratado global para combatir la contaminación plástica, que afecta el agua, los alimentos, los océanos y el cuerpo humano.
Sin embargo, las discusiones enfrentan serios desacuerdos, especialmente en torno a la reducción de la producción de plásticos nuevos y la eliminación progresiva de químicos sospechosos de ser perjudiciales para la salud.
«Nos preocupa la persistente obstrucción de ciertos ‘países afines'», declaró la ministra francesa de Energía, Olga Givernet, refiriéndose a un grupo de naciones, en su mayoría productoras de petróleo. Durante una conferencia de prensa junto a delegados de Panamá y Fiyi, instó a los responsables del bloqueo a abandonar las negociaciones.
Más de 100 países apoyan estas medidas y consideran que son fundamentales para lograr un tratado efectivo. Sin embargo, un grupo de alrededor de diez países, principalmente productores de petróleo como Rusia y Arabia Saudita, se opone, lo que ha generado visiones encontradas y creciente frustración entre las delegaciones.
«La gran mayoría aquí quiere un tratado ambicioso», afirmó Juan Carlos Monterrey Gómez, jefe de la delegación panameña. «Si no reducimos la producción, no habrá tratado. No podemos permitir que unas pocas voces impidan el progreso».
Amenaza de abandono
La Coalición de Alta Ambición (HAC), integrada por varios países comprometidos con metas ambientales ambiciosas, ha expresado su disposición a retirarse si no se logran avances significativos. «Somos un grupo numeroso y unido en torno a puntos clave, y estamos listos para levantarnos de la mesa», comentó una fuente diplomática de la alianza.
El bloqueo ha llevado a considerar la posibilidad de una votación como «último recurso», dejando de lado el método tradicional de consenso de la ONU. J.M. Bope Bope Lapwong, de la República Democrática del Congo, confirmó que esta opción está siendo seriamente evaluada. «No podemos haber recorrido tanto camino para fracasar», afirmó.
La urgencia del problema
Actualmente, el 90% de los plásticos no se recicla, y se proyecta que la producción se triplicará para 2060 si no se toman medidas. Grupos ambientalistas, como Greenpeace, han alentado a los países más comprometidos a forzar una votación si persisten los bloqueos, señalando la falta de propuestas concretas de naciones como Arabia Saudita y Rusia.
Sin embargo, esta estrategia implica riesgos. «No queremos apartarnos del marco de la ONU», señaló un funcionario del Ministerio de Transición Ecológica de Francia, enfatizando que el objetivo sigue siendo alcanzar un acuerdo en las próximas 24 horas.
