En un reciente encuentro organizado por el Instituto Duartiano, el Dr. Milton L. Ray Guevara, magistrado emérito del Tribunal Constitucional, ofreció una profunda reflexión sobre la nacionalidad dominicana y sus implicaciones legales. En su intervención, expresó su agradecimiento al Instituto y a su directiva por la oportunidad de participar en un tema tan relevante para el país.

El Dr. Ray Guevara comenzó definiendo la nacionalidad como el vínculo político que une a un individuo con un Estado. Citó al profesor Niboyet, quien la describe como «el vínculo político en virtud del cual un individuo forma parte de los elementos constitutivos permanentes de un Estado.” Juristas respaldan esta perspectivas al enfantizar que solo un Estado tiene la autoridad para conceder nacionalidad y definir quiénes son sus ciudadanos.

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En la República Dominicana, la nacionalidad se otorga principlamente por el jus sanguinis (derecho de sangre), que establece que la nacionalidad se hereda de los padres, y el jus soli (derecho del suelo, territorio) que se basa en el lugar de nacimiento. El Dr. Ray Guevara recordó que la Constitución de 1844 consagró el jus sanguinis, aunque también ha habido intentos de incluir el jus soli, especialmente en las reformas constitucionales de 1907 y 1908. Estas constituciones plantearon criterios específicos para el otorgamiento de la nacionalidad, dejando claro que los hijos de extranjeros en tránsito no adquirirían la nacionalidad dominicana.

Entre la apátrida y otros temas

La cuestión de la apatridia fue otro tema central de su intervención. El Dr. Ray Guevara argumentó que, en el contexto de la relación entre República Dominicana y Hatí, no debería existir apatridia. Explicó que si un niño nace de padres haitianos, este niño es haitiano por ascendencia, independientemente de su lugar de nacimiento. Por lo tanto, no puede ser considerado apátrida, ya que ambos países reconocen la nacionalidad por jus sanguinis. Reiteró que la narrativa de la apatrida puede surgir de interpretaciones erróneas y manipulaciones políticas, particulamente por parte de ciertas organizaciones que promueven la idea de una fusión entre dominicanos y haitianos, algo que Juan Pablo Duarte, el fundador de la patria, rechazó enérgicamente.

El Dr. Ray Guevara concluyó su intervención reafirmando que el debate sobre la nacionalidad debe basarse en un entendimiento claro de los principios del derecho internacional y la historia dominicana. Su mensaje resonó como un llamado a defender la identidad y la soberanía nacional, resaltando la importancia de abordar la cuestión de la nacionalidad con justicia y claridad, en lugar de dejarse llevar por sentimientos de solidaridad que pueden comprometer los principios legales establecidos.

Este enfoque del ex presidente del Tribunal Constitucional invita a la reflexión y el análisis profundo sobre la identidad dominicana, la legalidad de la nacionalidad y el respeto por los derechos de todos los individuos involucrados en este complejo tema.

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