Durante los últimos dos meses del año, al menos diez uniformados han sido ultimados en diferentes localidades del país a manos de la delincuencia, en hechos aún sin esclarecer.

El atentado más reciente ocurrió la noche de ayer domingo, donde unos desaprensivos aún sin identificar le cegaron la vida a un segundo teniente de la Fuerza Aérea de la República Dominicana en el sector Hainamosa, Santo Domingo Este, frente a su residencia.

El agente, identificado como Junior Reyes, se encontraba reunido con otras personas cuando llegaron los malhechores, le dispararon y acabaron con su vida.

Otro caso fue el ocurrido en Baní hace dos días, donde un sargento mayor identificado como Eddy Calcaño Castillo, miembro de la Dirección de Investigaciones Criminales (Dicrim), falleció tras ser atacado a tiros en un intento de evitar un asalto a mano armada en una banca de lotería.

Varios videos difundidos en las redes sociales muestran el dramático intercambio de disparos que tuvo lugar cuando Calcaño Castillo intervino al percatarse del asalto. En las imágenes se observa al sargento mayor enfrentándose valientemente a los delincuentes, quienes abrieron fuego contra él. A pesar de sus esfuerzos por evitar el robo, el sargento mayor resultó gravemente herido y, posteriormente, perdió la vida.

Muerte de un agente del ejercito

Asimismo, el pasado martes 10 de diciembre, el teniente del Ejército, Gregorio Ramírez Pineda, de 27 años, falleció debido a impactos de bala durante un supuesto asalto en la autopista 6 de Noviembre. El incidente ocurrió cuando Ramírez Pineda, acompañado de su esposa, se detuvo debido a un fallo en su vehículo. Dos delincuentes lo sorprendieron, le dispararon y robaron su arma reglamentaria.

El 09 de diciembre, en el sector María Auxiliadora del Distrito Nacional, el segundo teniente de la Policía Nacional, Ramón Antonio Cabrera Ferrer, de 36 años, recibió impactos de bala mientras recogía a sus hijos de un centro educativo. Cabrera Ferrer se encontraba fuera de servicio en el momento del ataque.

Otro caso que conmocionó al país fue el del cabo policial Luis Alberto Disla Turbi, encontrado muerto el 3 de diciembre en la comunidad de Santa Capuza, carretera Sánchez-Samaná. Se reportó que Disla Turbi fue asesinado durante una fallida transacción de drogas y su cuerpo fue arrojado desde un vehículo en movimiento.

La causa de su muerte fue una herida de proyectil en el hemitórax posterior, según la médico legista Dra. Karen Núñez y el procurador fiscal Ezequiel Carela. Marino Moreno Magallanes, de 32 años, quien acompañaba a Disla Turbi, está detenido y declaró que se trataba de una transacción de drogas por RD $200,000 pesos.

Otros casos

El capitán de la Fuerza Aérea, Tomás Méndez, de 51 años, murió el 02 de diciembre durante un supuesto intento de asalto en el sector de Villa Liberación, Santo Domingo Este. Méndez, que iba en moto con su esposa, falleció a causa de heridas de bala. Su familia sospecha que los atacantes le seguían para robarle su arma reglamentaria. El cuerpo de Méndez fue levantado del pavimento a las 6:20 de la mañana, según las autoridades.

El segundo teniente de la Policía Nacional, Meregildo Antonio Espinosa Segura, de 45 años, murió el 01 de diciembre en un intercambio de disparos en la calle Sánchez y General Cabral, en la provincia Barahona, alrededor de las dos de la madrugada.

El agente de la Policía Nacional, Franklin Erick Féliz Capellán, de 29 años, falleció el 30 de noviembre en el distrito municipal Las Galeras, Samaná, debido a impactos de bala en un centro de diversión. Un hombre aún no identificado perpetró el ataque y las autoridades han iniciado una investigación para determinar las circunstancias del crimen y capturar al responsable.

Sargento de la Policía Nacional

El sargento de la Policía Nacional, Euclides Ureña Mejía, de 48 años, murió el 03 de noviembre en un hotel del distrito municipal La Gina, Miches, Provincia El Seibo, debido a impactos de bala cuando desconocidos encapuchados irrumpieron en el lugar y dispararon contra él. Los residentes informaron que Ureña Mejía prestaba servicio en el destacamento de El Valle, Hato Mayor, donde también residía.

El mayor del Ejército de República Dominicana, José Ferreiras Cuevas de 42 años, fue asesinado el 2 de noviembre frente a su residencia en el sector Villa Liberación, Santo Domingo Este. Fue atacado por asaltantes que le dispararon para robarle su teléfono móvil, dejando su motocicleta abandonada en la escena del crimen.

Estos lamentables hechos muestran una gran preocupación sobre qué está pasando en la República Dominicana con la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. Las autoridades deben implementar medidas preventivas para proteger a quienes arriesgan sus vidas diariamente para mantener el orden y la seguridad en el país.

La violencia y el crimen no solo afectan a las víctimas directas, sino también a sus familias y comunidades, generando un clima de temor e incertidumbre. Es urgente que se adopten medidas efectivas para combatir la delincuencia y garantizar la justicia para los agentes y ciudadanos que día tras día pierden la vida en el cumplimiento de su deber a manos de la delincuencia que azota al país.