AP.-El representante federal George Santos robó las identidades de los donantes de su campaña y luego usó sus tarjetas de crédito para cobrar decenas de miles de dólares en cargos no autorizados, según una nueva acusación presentada el martes.

Luego transfirió parte del dinero a su propia cuenta bancaria personal, dijeron los fiscales, mientras usaba el resto para inflar las arcas de su campaña.

La acusación de 23 cargos reemplaza a una presentada en mayo contra el republicano de Nueva York acusándolo de malversar dinero de su campaña y mentir al Congreso sobre su riqueza, entre otros delitos.

En la acusación actualizada, los fiscales acusan a Santos de cobrar más de 44,000 dólares a su campaña durante un período de meses utilizando tarjetas pertenecientes a contribuyentes sin su conocimiento. En un caso, cargó 12,000 dólares a la tarjeta de crédito de un contribuyente y transfirió la «gran mayoría» de ese dinero a su cuenta bancaria personal, dijeron los fiscales.

Santos también está acusado de informar falsamente a la Comisión Federal de Elecciones que había prestado a su campaña 500,000 dólares cuando en realidad no había dado nada y tenía menos de 8,000 dólares en el banco. El préstamo falso fue un intento de convencer a los funcionarios del Partido Republicano de que era un candidato serio, que merecía su apoyo financiero, según la acusación.

«Como se alega, Santos está acusado de robar las identidades de las personas y hacer cargos en las tarjetas de crédito de sus propios donantes sin su autorización, mintiendo a la FEC y, por extensión, al público sobre el estado financiero de su campaña», dijo el fiscal federal Breon Peace en un comunicado.

Santos salió de una conferencia republicana de dos horas en el Capitolio de Estados Unidos y dijo a los periodistas que no tenía comentarios sobre la acusación sustitutiva. «Estaba en una conferencia como todos los demás, sin mi teléfono, así que no tengo nada que decir», dijo. Anteriormente ha mantenido su inocencia, alegando que es víctima de una «caza de brujas».

Los nuevos cargos profundizan el peligro legal para Santos, quien probablemente enfrente una larga pena de prisión si es declarado culpable. Hasta ahora, se ha resistido a todos los pedidos de renuncia, insistiendo en que tiene la intención de postularse para la reelección el próximo año.

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