Estados Unidos optó por no emitir una opinión sobre la legalidad de la intentada reelección del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y afirmó que reconocerá al candidato que resulte elegido en unas elecciones que sean consideradas como «libres y justas».

Eric Jacobstein, el representante para Centroamérica del Departamento de Estado, respondió a preguntas en una conferencia telefónica sobre la decisión de Bukele de buscar un segundo mandato consecutivo, a pesar de que la Constitución lo prohíbe. Jacobstein se limitó a expresar que la Administración de Joe Biden «respeta el derecho del pueblo salvadoreño de elegir sus propios líderes» y que reconocerá a los líderes elegidos democráticamente mediante elecciones que sean consideradas como libres y justas.

El Tribunal Supremo Electoral de El Salvador respaldó en noviembre la candidatura de Bukele para las elecciones presidenciales de febrero, y la Asamblea Legislativa, de mayoría oficialista, le concedió una licencia para ausentarse del cargo y centrarse en la campaña electoral.

A pesar de las críticas de expertos judiciales, organizaciones civiles y analistas, que argumentan que al menos seis disposiciones constitucionales prohíben la reelección presidencial en mandatos consecutivos, Bukele lidera las encuestas con un 61,7 % de intención de voto. Su partido, Nuevas Ideas, es uno de los seis participantes en los comicios del 4 de febrero.

El presidente, de 42 años y con alta popularidad, sería el primero en la historia democrática de El Salvador en buscar y, en caso de ganar, lograr la reelección consecutiva en el cargo. La última vez que un presidente intentó la reelección inmediata en El Salvador fue durante la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez, quien gobernó entre 1931 y 1944.