Si aún ronda alguna duda sobre la posibilidad de una confrontación letal directa en Haití entre la esperada fuerza multinacional y las bandas armadas, entonces tómese en serio la advertencia del poderoso líder de la pandilla G9 y Familia, Jimmy Cherizier, alias Barbecue, cuando dejó claro que, si atacan sus guetos, habrá pelea.

Y es esto lo que República Dominicana no quiere que ocurra allí, porque la zona más cercana para los haitianos escapar de la muerte está en la frontera terrestre, repleta de «huecos», espacios vulnerables por donde podría producirse un éxodo desbordante que cambiaría para siempre la vida, la seguridad y la convivencia social centenaria entre los dominicanos.

Un conflicto armado en Haití implica muchos riesgos y sacrificios económicos descomunales para el Estado dominicano.

Primero, demandaría el repliegue automático de una fuerza compacta que englobe los tres componentes armados, esto es, La Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea, más los organismos de inteligencia y seguridad del Estado.

Despachar tanto personal para una zona en estado de riesgo, a más de 300 kilómetros distantes de Santo Domingo, requiere de muchos gastos, y mantener equipos militares en constante desplazamiento plantea un costo grande en combustible.

Mientras tanto, en el interior de los pueblos, la Policía tendrá que estar más alerta, porque el número de ilegales, ladrones y delincuentes de todo tipo ha crecido a ritmo escandaloso en la zona fronteriza.

Riesgos en la población de Haití

Pero, en medio de tantas expectativas sobre la llegada del contingente extranjero, «Barbecue», un expolicía al mando de la alianza pandillera G9, formada por los nueve grupos armados más poderosos de Haití, con base en Puerto Príncipe, parece muy serio con su mensaje de advertencia, en el que amenaza con atacar con fuego de pólvora cualquier atropello o embestida contra su gente. Y pidió estar alertas para dar una respuesta de fuerza

Probablemente, advertido de los planes que están en marcha para acabar con el régimen de las bandas criminales, los jefes de esos grupos violentos, como «Barbecue», deben haberse preparado para jornadas de resistencia y combate a las frágiles fuerzas de policía de su país y al componente militar internacional liderado por Kenia.

Los riesgos que implican la puesta en marcha de operativos contra las pandillas y operar con éxito en las áreas urbanas no será tarea fácil paras las fuerzas que sean distribuidos en los lugares con altos niveles de peligro.

Hay planes definidos para acabar con las pandillas, pero eso grupos, también, tienen los suyos. Sobre si habrá una batalla frontal, esto se definirá en los días por venir.

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