La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una advertencia importante que requiere atención. El virus SARS-CoV-2, responsable de la covid-19, sigue circulando en todo el mundo en un contexto de relajación en cuanto a la propagación de contagios.
Desde que se levantaron los requisitos de uso de mascarillas en espacios públicos y, más recientemente, en centros de atención médica, ha surgido una sensación de que el riesgo ha disminuido por completo. Sin embargo, a lo largo de los más de tres años de convivencia con el virus, se ha comprendido que el SARS-CoV-2 experimenta cambios y mutaciones constantes en su código genético.
Esta dinámica continúa, con la aparición de nuevas variantes que reemplazan a las anteriores, aunque hasta ahora ninguna ha logrado desplazar completamente a la variante ómicron.
El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ha estado monitoreando las variantes de covid. Según el informe más reciente del Ministerio de Sanidad en julio, la variante ómicron (XBB.1.5 y derivados) representa el 100% de los casos, siendo la variante XBB.1.5 predominante a nivel global y en España. Sin embargo, ahora surge una nueva variante denominada EG.5, la cual es una derivada de la variante recombinante XBB y representa un ajuste incremental del virus en lugar de un salto evolutivo significativo como lo fue la cepa original de ómicron.
La OMS ha señalado que la variante EG.5 de covid-19 (descendiente de XBB.1.9.2 y notificada por primera vez en febrero de 2023) podría aumentar los casos a nivel mundial. Aunque la buena noticia es que no hay evidencia científica de que, por el momento, esté causando un incremento en hospitalizaciones.
La OMS ha calificado a la variante EG.5 como de «riesgo bajo» para la salud pública y la ha designado como una «variante de interés». Aunque EG.5 muestra ventajas en crecimiento y propiedades de escape inmunológico, no se han observado cambios en la gravedad de la enfermedad hasta el momento.
No obstante, la OMS también advierte que debido a su ventaja de crecimiento y a su capacidad para evadir la inmunidad, EG.5 podría provocar un aumento en la incidencia de casos y eventualmente convertirse en dominante en ciertos países o incluso a nivel global.
La variante EG.5 presenta una mutación adicional F456L en la proteína espiga en comparación con las subvariantes XBB.1.9.2 y XBB.1.5. La subvariante EG.5.1, que representa el 88% de las secuencias disponibles para EG.5, también tiene una mutación adicional Q52H en la espiga.
A nivel mundial, la prevalencia de EG.5 ha aumentado constantemente. Durante la semana del 17 al 23 de julio, su prevalencia fue del 17.4%, un aumento significativo en comparación con las semanas anteriores (del 19 al 25 de junio), cuando fue del 7.6%.
Hasta el 7 de agosto, se han estudiado 7,354 secuencias de EG.5 de 51 países. La mayoría proviene de China (30.6%), seguido de Estados Unidos (18.4%), Corea del Sur (14.1%), Japón (11.1%) y otros países.
Los síntomas más comunes asociados con estas últimas variantes incluyen tos, fatiga, dolor de cabeza, dolor de garganta, fiebre, congestión y secreción nasal, estornudos, voz ronca, dolores musculares, dificultad para respirar, pérdida de olfato y apetito, taquicardia y diarrea.