7 SEGUNDOS.- Un equipo de científicos de las universidades de Stanford y Texas ha logrado un avance pionero en biomedicina: volvieron transparente la piel de ratones vivos utilizando un tinte alimentario común llamado tartrazina.
Este descubrimiento, publicado en la revista Science, tiene el potencial de revolucionar los diagnósticos médicos y el tratamiento de diversas enfermedades, desde la extracción de sangre hasta el cáncer.
La tartrazina, también conocida como «colorante amarillo n.º 5» o FD&C Amarillo #5, es un tinte biocompatible que se elimina del cuerpo en 48 horas. Se utiliza comúnmente en alimentos como papas fritas y dulces. Esta sustancia es aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), lo que se presume la hace segura para el uso en seres vivos.
Según Guosong Hong, profesor de Ciencia e Ingeniería de Materiales en la Universidad de Stanford y coautor del estudio, este avance podría facilitar la visibilidad de las venas durante la extracción de sangre, mejorar la eficacia de los tratamientos láser para eliminar tatuajes, y ayudar en la detección temprana de cánceres. Aunque la tecnología aún está en fase experimental y se ha probado solo en ratones, las implicaciones son prometedoras.
Principales retos del componente y bases fundamentales
El reto principal para aplicar esta técnica en humanos es la diferencia en el grosor de la piel. La piel humana es diez veces más gruesa que la de los ratones, lo que presenta un desafío. Aun así, los investigadores consideran que la tecnología tiene potencial para ser adaptada a los humanos, y están desarrollando más investigaciones en esa dirección.
El descubrimiento se basa en la física de la dispersión de la luz. Normalmente, la piel dispersa la luz debido a sus componentes como las grasas y proteínas, lo que la vuelve opaca. Sin embargo, al aplicar tartrazina, un tinte que absorbe luz en el espectro azul y ultravioleta, la piel se vuelve transparente. Adam Wax, experto en biofotónica de la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, quedó sorprendido al ver los resultados: “Se podía ver a través del ratón”, comentó, destacando el impacto visual del experimento.
Zihao Ou, profesor asistente en la Universidad de Texas y coautor del estudio, explicó que la clave del experimento fue la combinación del tinte amarillo con la piel, lo que logró reducir la dispersión de la luz y hacerla más penetrante. El efecto permite que la luz atraviese el tejido, revelando estructuras internas como vasos sanguíneos y órganos.
Procedimiento con ratones y pruebas
El procedimiento en ratones se llevó a cabo aplicando una solución de tartrazina en distintas áreas de sus cuerpos. En pocos minutos, la piel de los ratones se volvía transparente, permitiendo a los científicos observar en detalle los vasos sanguíneos del cerebro, el movimiento del tracto digestivo, y hasta los latidos del corazón. La aplicación de la solución fue comparada con el uso de una mascarilla facial, ya que el tinte necesitaba unos minutos para ser absorbido antes de lograr la transparencia.
Un aspecto fundamental de esta técnica es su reversibilidad. Cuando se enjuaga la solución, la piel de los ratones vuelve a su apariencia opaca original sin ningún efecto adverso. Esto la convierte en una opción segura y no invasiva para posibles aplicaciones médicas.
Aplicaciones reales
Las implicaciones para la medicina son vastas. En el caso de la extracción de sangre, esta técnica podría facilitar la identificación de venas, permitiendo procedimientos más precisos y menos dolorosos. Además, las terapias láser, como las utilizadas para la eliminación de tatuajes o el tratamiento de células cancerosas, podrían beneficiarse de esta tecnología al permitir que la luz penetre más profundamente en la piel sin dañar los tejidos circundantes.
Sin embargo, el impacto potencial de este descubrimiento va más allá del ámbito clínico. Para la investigación biomédica, la posibilidad de hacer transparentes los tejidos abre nuevas oportunidades para estudiar los procesos biológicos en tiempo real sin necesidad de dañar los tejidos. Una de las grandes limitaciones actuales en el estudio de organismos vivos es la opacidad de los tejidos, que impide la observación directa de estructuras internas mediante microscopios ópticos. Este avance permitiría a los científicos estudiar la dinámica interna de los organismos sin tener que realizar intervenciones invasivas.
El equipo de investigadores está particularmente emocionado por las posibilidades que este descubrimiento ofrece en el campo académico. “Nuestro grupo de investigación es mayormente académico, por lo que una de las primeras cosas en las que pensamos cuando vimos los resultados fue cómo esto podría mejorar la investigación biomédica”, comentó Ou.
El futuro del componente «invisible»
A pesar de los resultados prometedores, aún quedan muchas preguntas por responder. Los científicos deben determinar si la técnica funcionará de manera efectiva en humanos y qué método de administración sería más adecuado, ya sea por aplicación tópica o mediante inyecciones.
Una de las prioridades para los investigadores es asegurar que la tartrazina sea completamente segura para su uso en humanos, tal como lo ha demostrado ser en ratones. Ou enfatiza que el tinte es eficiente y de bajo costo, lo que refuerza su viabilidad como una herramienta médica en el futuro.
Aunque el camino hacia la aplicación humana todavía es largo, este avance podría marcar un hito en la medicina, permitiendo una visualización interna del cuerpo sin precedentes. Esto podría transformar tanto el diagnóstico como el tratamiento de muchas enfermedades, brindando a los médicos una ventana nunca antes vista para observar procesos vitales en el cuerpo humano.