Donald Trump cuenta sus inculpaciones y Joe Biden las fábricas de turbinas eólicas, los puestos de trabajo creados y las inversiones. Pero, por encima de todo, el presidente demócrata estadounidense evita comentar los problemas judiciales de su predecesor y gran rival republicano.
El martes, Biden, de 80 años, pronunció un discurso en Wisconsin, un estado decisivo en su campaña hacia un segundo mandato, y donde el Partido Republicano organiza el primer debate de sus primarias la próxima semana.
En una fábrica que no da abasto con los pedidos de turbinas eólicas y que empieza a fabricar estaciones de recarga para coches eléctricos, el mandatario elogió los empleos y las inversiones vinculadas, según él, a sus leyes de transición energética, innovación tecnológica e infraestructura.
Biden no mencionó a Trump, pero criticó la teoría de su rival sobre un presunto declive del país.
Republicanos, acusó, “digan que Estados Unidos se está hundiendo. Están equivocados (…) Estados Unidos no se está hundiendo, ¡Estados Unidos está ganando!”.
El presidente, en cambio, se cuidó de no mencionar la más reciente acusación a su antecesor republicano, en la que una fiscal le acusa, junto a otras 18 personas, de haber intentado alterar el veredicto de las urnas del estado sureño de Georgia.
Mudo
Era de prever que Joe Biden guardara silencio sobre el tema. Al menos, esa es la estrategia que ha seguido desde la primera de las cuatro inculpaciones contra su rival, en Nueva York por pagos dudosos a una actriz porno.
El presidente estadounidense sabe que los republicanos, que le acusan de utilizar la justicia contra Donald Trump, aprovecharían el más mínimo comentario.
El demócrata ya es reacio de por sí a hablar con los periodistas, pero desde que comenzó el verano los evita todavía más.
Atrás quedaron las breves sesiones de preguntas y respuestas a pie de avión o durante un paseo en bicicleta. Joe Biden se ciñe a discursos rodados sobre sus principales iniciativas de inversión, en particular sobre la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), firmada el 16 de agosto de 2022.
La IRA, llamada así por la subida de los precios de la energía cuando se firmó, es un gigantesco programa de incentivos y subvenciones para la transición energética.