Rusia quiere volver a ser una superpotencia de la exploración espacial, frente al liderazgo que demuestran hoy EE UU y China. Y su objetivo es la Luna. Concretamente, Moscú pretende que su módulo Luna 25 sea el primero en alcanzar los codiciados hielos lunares. Y va en camino: un cohete Soyuz ha lanzado con éxito hacia el espacio esta sonda que aspira a ser la pionera de la humanidad en el polo sur lunar.
No es un objetivo fácil: hasta la fecha, solo tres países han aterrizado con éxito una sonda en la Luna: la Unión Soviética, Estados Unidos y China. En abril, una sonda japonesa se estrelló en su intento de realizar el primer alunizaje por una empresa espacial privada. Y las zonas abruptas del frío y oscuro polo complican la tarea todavía más.
“El cohete funcionó correctamente, la etapa superior se separó y ahora está poniendo la navegación automática en una trayectoria de vuelo hacia la Luna”, celebró la agencia espacial rusa en un comunicado tras el despegue. “La sonda robótica Luna-25, por primera vez en la historia moderna de Rusia, se dirige al satélite natural de la Tierra”, añadió Roscosmos.
El lanzamiento, previsto para las 2.10 horas de Moscú (1.10, hora peninsular española), se realizó según lo previsto desde el llamado cosmódromo oriental en Vostochny, en la región de Siberia, a 5.550 kilómetros al este de Moscú. Rusia no había enviado una sonda hacia el satélite natural de la Tierra desde 1976, cuando el Luna-24 logró el gran éxito de traer de vuelta una muestra de rocas lunares. En ese momento, Rusia era parte de la Unión Soviética y los actuales líderes de la exploración espacial rusa quieren reivindicar ese legado.