SANTO DOMINGO.- La Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa) y la Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) están llevando a cabo una investigación para determinar la presencia de hidrocarburos, titulada «Modelamiento geoquímico en las cuencas de Azua, San Juan, Cibao y Enriquillo». El primer informe, lanzado en febrero, ya había identificado formaciones geológicas prometedoras, lo que motivó la continuación de las investigaciones.

Esta semana, las entidades presentaron su segundo informe ejecutivo, que afirma que estos hallazgos buscan documentar de manera precisa y fiable la existencia de petróleo y gas natural en el territorio nacional.

El doctor Gregorio Rosario, subdirector de la Unidad de Investigación y Exploración de Petróleo y Gas de Refidomsa y coordinador del equipo, destacó que lo innovador en este proceso es que las investigaciones son realizadas por empresas dominicanas, lo que, según él, proporciona una ventaja competitiva en futuras negociaciones.

Sobre la cantidad y calidad del petróleo, Rosario afirmó que el estudio desmitifica muchos conceptos y confirma que la calidad del crudo es «considerablemente buena». También mencionó que han estudiado las estructuras de las cuencas, concluyendo que las de Enriquillo y Cibao son significativas en tamaño.

Rosario detalló que la mayoría de los pozos perforados en el pasado no alcanzaron la profundidad ni la localización adecuada, pero ahora tienen esperanzas de avanzar en la dirección correcta, ya que están trabajando en profundidades comunes.

En cuanto a las formaciones que generan el crudo en RD, especificó que la Sombrerito y Trinchera están a una profundidad de 2,000 a 4,000 metros.

Respecto a la estrategia de la investigación, Rosario destacó que están abordando aspectos científicos y tecnológicos, tomando muestras en el terreno y realizando modelados, con la próxima tarea de analizar las estructuras.

Origen de la búsqueda de petróleo

La historia de la búsqueda de petróleo en la República Dominicana se remonta a varios descubrimientos en Azua, reportados por el geólogo William Gad en 1872. En 1905, la petrolera Lancaster y Critter perforaron el pozo Higüerito uno, encontrando petróleo a 900 pies de profundidad.

Entre 1920 y 1922, una compañía de inversión en Santo Domingo realizó tres pozos y descubrió pequeñas cantidades de crudo, y en 1927, la compañía antillana perforó otro pozo en el mismo lugar.

En 1957 y 1958, la compañía petrolera Aswan perforó seis pozos en Negrito y Maleno, encontrando petróleo y gas en dos de ellos. Luego, en 1969 y 1970, se encontró gas y petróleo en Higüerito, y en 1978 se descubrieron tres pozos entre Boca Chica, San Pedro de Macorís, Charco Largo y Comendador, aunque sin resultados satisfactorios, posiblemente debido a problemas en las exploraciones.

En 1981, el presidente Antonio Guzmán anunció la existencia de petróleo comercializable en Charco Largo, lo que resultó ser falso, lo que se denominó como el «chasco Largo». Sin embargo, aunque las cantidades extraídas en el período 1982-1986 fueron pequeñas, se les dio uso.

En 2001 se habló de extender plazos a petroleras para exploraciones, y en abril del mismo año se iniciaron exploraciones en Boca de Cachón, Jimaní. Representantes del Gobierno de Trinidad y Tobago ofrecieron asistencia técnica para exploraciones de petróleo y gas natural en mayo del mismo año. En abril de 2005 se anunció la exploración petrolera de gran magnitud.

El gobierno tenía esperanzas de conseguir yacimientos de petróleo a través de un contrato firmado con Petrobras en 2005. A pesar de ello, la búsqueda de petróleo se ha convertido en una historia legendaria, con más de 15 empresas extranjeras invirtiendo millones de dólares en exploración desde 1905.

En 2005, tres compañías exploraron el país, centrándose más en la búsqueda de gas natural, aunque no encontraron cantidades comerciales.