La probable reelección de Nayib Bukele como presidente de El Salvador en las elecciones del domingo, a pesar de la prohibición constitucional, podría dar lugar a una intensificación de los abusos a los derechos humanos, el autoritarismo y los ataques a la libertad de prensa, según diversas fuentes.
Bukele, quien se autodenomina «el dictador más cool del mundo mundial» o «filósofo rey» en sus perfiles en redes sociales, lidera las encuestas con una ventaja significativa que le podría asegurar la victoria en la primera vuelta.
Aunque ha ganado popularidad por sus logros en la reducción de homicidios y el control de pandillas, su gestión también ha sido objeto de críticas por su supuesto autoritarismo, concentración de poder, ataques a activistas y a la prensa, falta de transparencia en el gasto público y violaciones de derechos humanos.
Según David Morales de la organización humanitaria Cristosal, la administración de Bukele se ha caracterizado por la «profundización del autoritarismo y la destrucción de la democracia». Bajo el régimen de excepción implementado desde marzo de 2022, se han reportado más de 6,000 denuncias de abusos a los derechos humanos, incluyendo detenciones arbitrarias y torturas.
El relator de la libertad de expresión de la Asociación de Periodistas de El Salvador advierte que una eventual reelección también podría aumentar los ataques contra la prensa, que ya han experimentado un aumento significativo en los últimos años.
Eduardo Escobar de la organización Acción Ciudadana sostiene que la gestión de Bukele ha desmantelado la institucionalidad democrática y que una reelección podría llevar a El Salvador hacia una dictadura en el corto y mediano plazo.
Es importante destacar que la decisión de Bukele de buscar la reelección va en contra de la Constitución y marca un precedente en la democracia salvadoreña, ya que ningún presidente había buscado la reelección inmediata desde la década de los años treinta.