En la República Dominicana, el sistema de salud enfrenta un desafío significativo en el área de la neurocirugía y la cirugía endovascular. Actualmente, el país cuenta con tan solo siete cirujanos endovasculares y seis neurólogos vasculares, lo que plantea serias preocupaciones sobre el acceso a tratamientos especializados y la atención médica de calidad para los pacientes que requieren procedimientos complejos.

Expertos en salud advierten que esta escasez de profesionales puede impactar negativamente la atención de enfermedades cerebrovasculares, como los accidentes cerebrovasculares (ACV) y malformaciones vasculares.

Los accidentes cerebrovasculares requieren atención inmediata, y una respuesta rápida puede ser crucial para reducir daños permanentes; por lo que la falta de estos especialistas puede retrasar diagnósticos y tratamientos, lo que aumenta el riesgo de muerte en pacientes con enfermedades vasculares.

La insuficiencia de programas de especialización en cirugía endovascular y neurología vascular en el país limita el número de nuevos especialistas. Por ello, muchos profesionales de la salud buscan oportunidades en el extranjero, donde las condiciones laborales y los salarios son más atractivos.

A medida que la población dominicana continúa creciendo y envejeciendo, la demanda de atención especializada en neurología y cirugía endovascular también aumentará. Garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a la atención médica necesaria más que un privilegio es una necesidad.

Única clínica especializada en accidente cerebrovascular

La clínica Corominas Corazones del Cibao es la única clínica acreditada en el Caribe y Centroamérica, especializada en accidente cerebrovascular y el Sistema Nacional de Salud (Senasa) le retiró el código de intervenciones quirúrgicas, por lo que no se están interviniendo pacientes en condiciones delicadas.

La falta de atención a pacientes delicados o graves puede resultar en un aumento de complicaciones, que a su vez requieren tratamientos más costosos y prolongados, que en muchos de los casos pueden resultar hasta en muertes.

La escasez de cirujanos endovasculares y neurólogos vasculares no solo limita la atención médica especializada, sino que también tiene repercusiones profundas en la eficiencia, equidad y sostenibilidad del sistema de salud en la República Dominicana.

Solo cuatro o cinco pacientes de ACV son atendidos diariamente en un país de más de 12 millones de habitantes

La República Dominicana es un país que alberga a más de 12 millones de habitantes; la atención a pacientes con accidentes cerebrovasculares (ACV) se ha visto gravemente afectada por una polémica decisión del Seguro Nacional de Salud (SENASA). A pesar de que diariamente se reportan alrededor de 70 casos de ACV, solo entre cuatro y cinco pacientes reciben atención adecuada.

SENASA decidió reducir drásticamente los honorarios médicos a profesionales de la salud especializados en el área vascular de una manera exorbitante, situación que ha generado un clamor entre profesionales de la salud, quienes señalan que la drástica reducción en los honorarios médicos ha creado un desincentivo para que los médicos atiendan a pacientes críticos.

Los especialistas advierten que esta decisión no solo pone en riesgo la vida de los pacientes, sino que también puede resultar en complicaciones a largo plazo que incrementan la carga sobre el sistema de salud.

Organizaciones de salud y representantes médicos exigen una revisión de esta política, argumentando que es fundamental garantizar una atención oportuna y de calidad para los pacientes con ACV.

Situación actual

La situación actual del sistema de salud en la República Dominicana, especialmente en el ámbito de la neurocirugía y la cirugía endovascular, es alarmante. La escasez de cirujanos y neurólogos vasculares, combinada con la insuficiencia de programas de especialización y decisiones perjudiciales como la drástica reducción de honorarios médicos, limita gravemente el acceso a una atención de calidad para pacientes con enfermedades cerebrovasculares.

Esta realidad no solo pone en riesgo la vida de muchos dominicanos, sino que también amenaza la sostenibilidad del sistema de salud en su conjunto. Es necesario que se implementen políticas que fomenten la formación de nuevos especialistas y que se garantice una atención adecuada para todos los ciudadanos, convirtiendo el acceso a la salud en un derecho fundamental, no en un privilegio.

La revisión urgente de las decisiones del Sistema Nacional de Salud (SENASA) es crucial para evitar un colapso en una de las áreas más fundamentales y esencial para garantizar el bienestar de la salud en la población.