Un estudio reciente publicado en BMJ Nutrition Prevention & Health ha revelado que el agua con gas podría convertirse en una aliada para aquellos que buscan controlar su peso.

Según la investigación, esta bebida no solo ayuda a reducir la sensación de hambre, sino que también acelera la digestión y contribuye a disminuir los niveles de glucosa en sangre. Los expertos sugieren que, al hacerlo, el agua con gas podría ser una herramienta útil para quienes buscan mantener un peso saludable o perder algunos kilos.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores compararon el impacto del agua con gas en el organismo con el proceso de hemodiálisis, un tratamiento utilizado para filtrar las toxinas de la sangre cuando los riñones no funcionan correctamente.

Los resultados mostraron que el agua con gas tiene un efecto similar al de la hemodiálisis, ya que ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre a medida que fluye a través del cuerpo. De hecho, durante una sesión de hemodiálisis de cuatro horas, se utilizan aproximadamente 9,5 gramos de glucosa, lo que confirma el potencial de esta bebida en la regulación de la glucosa.

Aunque los beneficios del agua con gas son notables, es importante tener en cuenta que su efecto es moderado, por lo que debe combinarse con una dieta equilibrada y ejercicio físico regular para lograr mejores resultados.

Además, si bien el agua carbonatada puede ser un buen apoyo, no está exenta de efectos secundarios. En personas con estómagos sensibles o trastornos gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable (SII) o la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), el consumo de agua con gas puede generar hinchazón, gases o agravar algunos síntomas digestivos.

Así que, aunque beber agua con gas puede ser una estrategia útil para controlar el peso, siempre es recomendable consultar con un especialista para asegurarse de que es adecuado para cada caso en particular.