El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es uno de los primeros partidos políticos de la República Dominicana, fundado el 15 de diciembre de 1973 por el profesor Juan Bosch después de abandonar el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) por diferencias políticas.
Desde su fundación, el PLD ha jugado un papel fundamental en la política dominicana. Fue creado con el propósito de continuar con el legado político y social de Juan Bosch, quien fue presidente de la República Dominicana en 1963 por un período de tiempo muy corto (siete meses).
La fuerza política es conocida por las siglas PLD, siendo su distintivo una bandera de color morado, en forma triangular, con una estrella amarilla de cinco puntas colocada en el ángulo superior. El partido se define como centroizquierdista y aboga por las políticas progresistas.
Gobierno de Leonel Fernández
El Partido de la Liberación Dominicana ha gobernado la República Dominicana en múltiples ocasiones. Entre los años 1996-2000, el liderazgo del país estuvo bajo el mando de Leonel Fernández, uno de los líderes más prominentes del PLD en ese entonces.
En 2004, luego de la derrota del expresidente Hipólito Mejía, el doctor Leonel Fernández asumió el mando del país por segunda vez, ejerciendo sus funciones como presidente desde agosto de 2004 hasta agosto de 2008, y resultando electo por tercera vez para el período de gobierno 2008-2012. Su mandato perduró 8 años consecutivos.
Fernández fue presidente en tres períodos distintos y su gobierno estuvo enfocado en modernizar la infraestructura del país y promover el desarrollo económico.
Gobierno de Danilo Medina
En el año 2012, el expresidente Danilo Medina resultó electo presidente para el período de gobierno 2012-2016, teniendo una reelección victoriosa para los años 2016-2020.
El Partido de la Liberación Dominicana gobernó la República Dominicana durante 16 de esos años de manera consecutiva.
En 2020, el PLD perdió las elecciones presidenciales frente a Luis Abinader, lo que marcó un cambio significativo en el panorama político dominicano.
Descontento entre Danilo Medina y Leonel Fernández
La historia del liderazgo político en República Dominicana se vio inmersa en decepciones y profundas rivalidades cuando dos de las figuras más prominentes del partido morado tomaron cada cual su rumbo.
La principal fuente de disputa entre Medina y Fernández fue la reelección presidencial. Medina buscó modificar la Constitución de la República para poder reelegirse en 2020, mientras que Fernández, quien había sido presidente del PLD y su principal rival dentro del partido, se opuso rotundamente a esta reforma, argumentando que la reelección podría debilitar la democracia y la estabilidad del país.
La tensión entre Medina y Fernández llevó a una profunda división dentro del PLD. Fernández y sus seguidores acusaban a Medina y a sus aliados de manipular el partido para beneficio personal, lo que resultó en una división que afectó la unión del partido.
En las primarias internas de las elecciones de 2020, la candidatura presidencial fue un punto de conflicto. Fernández, que había sido presidente en tres ocasiones previas, aspiraba nuevamente a la presidencia, mientras que Medina también tenía sus aspiraciones y buscaba asegurar la candidatura para el PLD, situación que provocó la ruptura entre ambos.
Leonel Fernández abandona al PLD
En 2019, Fernández decidió abandonar el PLD y formar su propio partido, la Fuerza del Pueblo (FP), donde se lanzó a las elecciones presidenciales de 2020 con su nuevo partido, marcando una separación formal con Medina y el PLD.
Su objetivo era crear una plataforma política que representara sus ideales y ofreciera una alternativa al electorado dominicano, diseñando una estrategia política para atraer una masiva cantidad de votantes.
Desde su fundación, la Fuerza del Pueblo ha tenido que enfrentar desafíos significativos, como la construcción de una estructura organizativa sólida y la superación de la competencia de partidos establecidos. Sin embargo, ha logrado ganar representación en diversos niveles y se ha consolidado como una fuerza política relevante en la República Dominicana.
Gonzalo Castillo representa al PLD
Tras la división de los dos expresidentes y las fracturas internas del partido morado por la salida de Fernández, Gonzalo Castillo asumió el rol de candidato presidencial del PLD para las elecciones de mayo de 2020.
Durante su campaña, Castillo se enfocó en prometer continuidad en las políticas del gobierno de Danilo Medina, así como proponer mejoras en infraestructura y economía. Sin embargo, su campaña no logró conectar completamente con el electorado y enfrentó desafíos significativos, incluidos problemas internos dentro del PLD y una creciente percepción de cambio entre los votantes.
Impacto del deterioro del PLD para la política dominicana
La desunión entre Medina y Fernández ha sido duradera y sin aparente interés de solución, reflejando las tensiones del espectro político más amplio del país.
Debido a esto, surgió el debilitamiento de uno de los partidos políticos más influyentes (el PLD), lo que ha ocasionado que otros partidos ganen terreno y, a su vez, ha contribuido a la formación de nuevas alianzas, generando una mayor competencia entre partidos opositores.
El deterioro del partido ha tenido un impacto profundo y multifacético en la política dominicana, afectando desde la estructura de poder y la gobernabilidad hasta la dinámica electoral y la percepción internacional del país.
Desde su fundación, la fuerza política ha sido un pilar central en la política de la República Dominicana, promoviendo importantes avances en infraestructura y desarrollo económico. Sin embargo, la división interna por la ruptura entre Fernández y Medina ha debilitado significativamente al partido. La salida de Fernández y la formación de su propio partido, la Fuerza del Pueblo, junto con la derrota del candidato Castillo en 2020, han contribuido a un desgaste de la influencia del partido.
El debilitamiento de un partido mayoritario como lo fue el PLD refleja la realidad cambiante en la política dominicana y subraya la importancia de la unión y coordinación para la sostenibilidad y el éxito político de un determinado partido.