La Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) fue creada el 11 de septiembre del año 2005 con el Decreto No. 477-05 del Poder Ejecutivo, con la finalidad de diseñar y construir el sistema de transporte integrado rápido y masivo Metro de Santo Domingo.
En el año 2009, fue inaugurada la Línea 1 del Metro de Santo Domingo bajo la dirección del ingeniero Diandino Peña en el Gobierno del expresidente de la República Leonel Fernández. La misma está compuesta por 16 estaciones que abarcan desde la estación Mamá Tingó (MTI), en Villa Mella, hasta la estación Centro de los Héroes (CHE), en la Feria.
El 1 de abril del año 2013, se extendió el medio de transporte con la creación de la Línea 2A, compuesta por 14 estaciones soterradas, comprendiendo el trayecto desde la Av. Luperón en la estación María Montez (MMO), hasta el puente Francisco del Rosario Sánchez (puente de la 17), estación Eduardo Brito (EB).
La demanda de usuarios y el flujo mayoritario en la estación Eduardo Brito llevaron a la directiva de OPRET a realizar una extensión de cuatro estaciones más, denominada Línea 2B; la cual fue inaugurada en agosto del año 2018, y su recorrido está comprendido desde el puente Francisco del Rosario Sánchez hasta la carretera Mella, estación Concepción Bona (CBO).
Desde adentro
El Metro de Santo Domingo (MSD) dispone del Puesto de Control Central (PCC), que se encarga de monitorear a través de un sistema integrado de seguridad con cámaras de videovigilancia las estaciones y trenes de la institución.
De igual forma, los trenes son supervisados mediante el Control Traffic Center (CTC), sistema que regula el tráfico de los trenes, y transitan por medio de una ruta que crea Automatic Traffic System (ATS), sistema automatizado mediante el cual se puede programar acciones (apertura de los trenes, recorrido durante todo el día, encierres de las unidades, reducción de trenes, creación de ruta y finalización de servicio de un tren), antes de iniciar el servicio.
El MSD ha sido escenario de una serie de incidentes que van desde rescates inesperados hasta casos más graves como atentados y choques de trenes. Estos eventos han destacado la necesidad de revisar y reforzar la seguridad y los protocolos de este sistema de transporte masivo.
Primer escandalo de la OPRET
El 27 de octubre del 2014, un individuo ingresó a las instalaciones de la Línea 2A del Metro de Santo Domingo, institución dependiente de OPRET, y luego de abordar un tren, incendió una mochila y la tiró hacia adelante dentro del vagón, ocasionando pánico entre los pasajeros, esta acción tuvo como resultado 35 pasajeros con quemaduras, dos de estos en estado delicado.
Luego de cometer el hecho, el individuo logró confundirse con la multitud, burló la seguridad y fue uno de los primeros en salir de la estación Ramón Cáceres, en la avenida Duarte.
Cambio del director de la institución
En el gobierno de Danilo Medina, quien fungía como director era el Ing. Diandino Peña, y posteriormente fue sustituido por el Ing. Manuel Antonio Saleta García. Según fuente cercana a la entidad, mientras el ingeniero Saleta estuvo al frente de la institución, no se generó ningún tipo de escándalo; su gestión pasó bajo perfil.
Saleta, fungió como director de la institución desde el 17 de mayo del 2017 hasta el 25 de agosto del 2020, año en el cual llegó al poder el actual presidente, Luis Abinader.
Nueva designación
Luego de la toma de posesión del presidente Luis Abinader, mediante el decreto 371-20 fue designado Rafael Santos Pérez como el nuevo director de la Oficina Para el Reordenamiento de Transporte (OPRET) el 24 de agosto de 2020.
Sin embargo, con la administración de Santos Pérez, la OPRET ha sido escenario de múltiples escándalos e irregularidades, desde choques de trenes, represión a la libertad de expresión de los empleados, deterioro en las instalaciones, despido masivo del personal de manera injustificada, retraso en el medio de transporte, entre otras.
Inicio de un cuatrienio con precariedades
La designación de Santos Pérez marcó un antes y un después en la entidad gubernamental. El transcurso de su gestión ha arrastrado una serie de conflictos y deterioros en las principales instalaciones del sistema, como escaleras y ascensores fuera de servicio, no solo en «la hora pico» (nombrado así al tiempo en el que transitan más usuarios en el medio de transporte, que comprende el espacio entre las 6:00 y 8:30 de lunes a viernes respectivamente).
Pero, ¿por qué después de esta hora, en la llamada «hora valle», las escaleras y ascensores continúan fuera de servicio?
Porque pareciera evidente que la gestión no se preocupa en resolver los problemas que afectan al Metro de Santo Domingo.
Las escaleras
En la estación Pero Livio Cedeño, ubicada en la avenida Máximo Gómez y próxima al Cementerio Nacional, las escaleras tienen varios años detenidas, supuestamente por falta de piezas; sin embargo, en muchas ocasiones se utilizan para sustraerle piezas para poner en funcionamiento las escaleras de otras estaciones donde es más pronunciado el flujo de usuarios. ¡Descomponen una para arreglar la otra!
En ese mismo orden, las escaleras de la estación Concepción Bona se apagan solas a cualquier hora del día, sin importar la cantidad de usuarios que se desplazan en ellas, lo que representa un peligro para los ciudadanos que utilizan este medio para ingresar a la estación.
Entonces, señor director, ¿en qué estamos? ¿Usted se imagina en plena «hora pico» una escalera repleta de usuarios que se paralice de repente sin estarlo esperando? ¿Cuál sería el desenlace de ese incidente?
A todo esto, también agréguele que la mayoría de las escaleras en existencia en las demás estaciones están fuera de servicio por falta de piezas, por falta de mantenimiento o simplemente apagadas por alguna razón. ¿Cuál es la razón real de estar paralizadas? ¡No la sabemos!
Los ascensores
¡Qué decir de los ascensores!, De las 34 estaciones que componen la Línea 1, Línea 2A y 2B, es mínima la cantidad de ascensores que funcionan en su totalidad; es decir, los que no están fuera de servicio, están en servicio disminuido (llamado así a las instalaciones que funcionan pero no en su mayor capacidad, sino que tienen algún defecto, como el aire, botones del panel de control o los botones de cierre y apertura (Break Button).
Como si esto fuera poco, en algunos casos, en la mayoría de estaciones, la llave (BRB1, BRB2), utilizada para realizar rescate en caso de que alguien se quede atascado en el ascensor, está rota o simplemente se ha desaparecido. ¿Esto qué significa? Que en caso de que un usuario se quede atascado en un ascensor, el Operador de Estaciones debe ponerse en contacto con el compañero de una estación que sí tenga la llave disponible para que se la envíe a la estación donde se debe hacer el rescate.
Y mientras se resuelve el caso, ¡los usuarios se mantendrían varados en el ascensor!
Entonces, ¿cómo ingresan los minusválidos y las personas de movilidad reducida a las instalaciones si las escaleras y ascensores están fuera de servicio?
En este caso, el Cuerpo Especializado para la Seguridad del Metro (CESMET) debe asistir al usuario e incluso (cargarlo) de ser necesario, desde la escalera hasta el andén y viceversa. ¡De seguridad, a don de la caridad!, donde en todo momento, lo que pase con el usuario es exclusivamente responsabilidad del CESMET. En otros casos, el usuario debe decidirse por utilizar otro medio de transporte para llegar a su destino.
Aires acondicionados
Explicada la situación de las escaleras y ascensores, la de los aires acondicionados no es una novedad.
En la mayoría de estaciones, el aire de la boletería, Cuarto Control de Instalaciones (CCI) y los cuartos de climatización también están fuera de servicio. En algunos casos, los empleados tienen que brindar el servicio sin la debida comodidad que deben tener para ofrecer un buen servicio (soportando calor). En otros casos, la puerta de la boletería permanece semiabierta para permitir la circulación del aire, situación que pone en riesgo la vida del colaborador ante cualquier intento de asalto. Siendo así, señor director, ¿en qué estamos?
Durante un tiempo prolongado, (Vegazo), empresa encargada del mantenimiento de los aires a nivel general, dejó de realizar el trabajo debido a una deuda significativa por la prestación de sus servicios en OPRET; por lo que, los empleados pagaban las consecuencias de esta terrible negligencia.
Ascensores y aires acondicionados fuera de servicio, escaleras cerradas, falta de pintura, excremento de aves y oxidación de estructuras de acero son las principales decadencias que presentan actualmente las instalaciones del Metro de Santo Domingo.
El primero de multiples escandalos bajo la direccion de Rafael Santos
El 24 de julio de 2021, la OPRET se posicionó en la palestra pública debido a que desconocidos pintaron con grafitis dos de los 46 trenes Alstom Metrópolis 9000 de fabricación española del Metro de Santo Domingo.
En esta ocasión, los desaprensivos burlaron el sistema de seguridad para acceder al área donde se estacionan los trenes (saco o depósito) y cometer el hecho. La empresa volvió a mostrar la inoperancia que presenta como institución.
Otro escandalo
En noviembre del 2022, el Senador Antonio Taveras propuso ante el Senado de la República extender el horario del Metro de Santo Domingo.
La propuesta del senador hizo que se desplomara el teatro de la OPRET, quien por años pintaba todo color de rosas, escondiendo las precariedades que atravesaban los empleados del MSD bajo el yugo de una dirección ineficaz que solo se preocupa por brindar el servicio en busca de sus intereses, sin importarles las carencias y situaciones que atraviesan sus empleados.
La sugerencia de Taveras fue la última gota que derramó el vaso; los conductores empezaron a denunciar las condiciones inhumanas de trabajo a las que estaban sometidos. Desde no poder desayunar ni comer porque no contaban con el tiempo necesario para hacerlo hasta filtración de heces fecales y orina en el área de la cocina. ¡Insolito!
Esta medida desató la furia de Rafael Santos y del subdirector del Metro, Jhonny Colón, a quien se le denomina «el verdadero terror de la OPRET», siendo Santos solo la cara de la institución, mientras que quien decide quien se queda, quita y pone es el señor Colón.
De inmediato, Jhonny Colón mandó a citar al conductor Luis M. Peña en la OPRET y, por vía del consultor jurídico de la entidad, Edwin Feliz (otro terror de la OPRET), el joven fue sometido a horas de interrogatorio, despojándolo de su celular personal y acusándolo de terrorismo.
Por si esto fuera poco, Colón mandó a cancelar empleados ejemplares quienes, antes de esto, fueron reconocidos como empleados de honor por la institución. El subdirector los señalaba como cómplices de Peña solo por exigir mejores condiciones laborales.
¿Dónde queda la libertad de expresión que señala la Constitución de la República en el artículo 49?
Se desatan las protestas por parte de los empleados
La injusticia generó indignación por parte de los compañeros de trabajo y los arrojó a iniciar días de protestas pacíficas en junio del 2023.
Después de días de protestas pacíficas en la estación Juan Pablo Duarte, al no ser escuchados por las autoridades pertinentes, los conductores y operadores del Metro decidieron marchar hacia el Palacio Nacional, donde los recibió el viceministro de Relaciones de la Sociedad Civil del Ministerio de la Presidencia (Minpre), Benny Metz, quien es encargado de recibir las comunicaciones de todos los que van a protestar al Palacio Nacional y procesar sus quejas a través de las instituciones y los funcionarios pertinentes.
El funcionario les pidió a los empleados reincorporarse al trabajo y les prometió un compás de espera de una semana para poder trabajar en sus peticiones. Sin embargo, las promesas fueron incumplidas, puesto que la OPRET no les permitió reincorporarse a sus puestos de trabajo y su respuesta fue cancelación masiva de empleados alegando un supuesto «abandono del puesto de trabajo».
El derecho a la protesta de manera pacífica es un derecho consagrado y respaldado por la Constitución de la República. Entonces surgen dos preguntas: ¿Dónde estuvo el respeto a ese derecho? ¿También existe el derecho de violentar la Constitución?
Trato a los empleados por parte de la institución
Tras esta situación, aparte de los despidos injustificados que venían aconteciendo desde el año 2020 (justificados por una falsa reducción de personal, puesto que ¿cómo se puede reducir personal en una institución en la que los empleados no dan abasto?), la institución intimidaba a los empleados instándolos a firmar un supuesto «contrato de confidencialidad» después de estar contratados.
¿Qué sentido tiene esto?
No obstante, el contrato planteaba: no pronunciarse acerca de la institución ni en bien ni en mal mientras se esté laborando en ella. De la misma manera, en una de sus cláusulas decía que había sido firmado en presencia del director (quien nunca estaba) y de un abogado que tampoco se presentaba.
El contrato era enviado a través de empleados superiores a todo el personal de la empresa y, a su vez, daban un mensaje: «No es obligatorio firmarlo, pero si no lo firmas te cancelan». Entonces, realmente, ¿no era obligatorio?
7 SEGUNDOS tuvo la oportunidad de conversar sobre este tema con una fuente cercana, la cual afirmó: «Te hacían firmar el dichoso contrato de confidencialidad intimidándote con cancelarte y, después que lo firmabas, de igual manera te cancelaban y sin liquidación». Además, agregó: «Eso era el entramado para ellos cuidarse; te intimidaban diciéndote que te iban a despedir si no firmabas, luego te despedían y tú no podías decir nada acerca de las irregularidades que ocurren en la institución».
Colisión de dos trenes
En septiembre del 2023, a solo tres meses de que el Metro fuera tendencia, OPRET volvió a ser trending topic. Dos vagones colisionaron entre la estación Mamá Tingó y Gregorio Gilbert Suero en Villa Mella.
La institución quiso maquillar la situación y, queriendo dar otro giro, afirmaron que eran conductores viejos. A todo esto surge una cuestionante: ¿Si eran conductores viejos, por qué no había pasado esto anteriormente?
La respuesta es simple: los conductores no eran viejos; uno tenía un mes conduciendo (Juan Castro), fue contratado en la nueva gestión de Santos, siendo entrenado «al vapor» debido a la falta de conductores. Ejercía como conductor, pero devengaba el sueldo de Atención al Usuario (cajero), por lo que aún estaba en periodo de prueba. Debido a la desesperación de no tener conductores, lo pusieron a conducir solo.
Aparte de estar entrenado «al vapor», lo pusieron a «conducir solo» sin tener la debida preparación. ¡Increíble!
Por otro lado, el caso de Claudio Lamartine (el otro conductor involucrado) fue diferente. Lamartine era conserje de la institución, luego escaló a la posición de ATU (cajero). Después de un tiempo en esta posición, pasó al curso de conducción, donde no aprobó la formación de conducción (tren S1000) y fue cancelado.
Luego del despido masivo de conductores y al tener necesidad de empleados, Lamartine fue llamado para reintegrarse a la institución, pero esta vez no como ATU, sino como conductor. Lo entrenaron también «al vapor», después de haber quemado la formación, y de igual manera lo dejaron ocupar el puesto de Conductor de Trenes por la necesidad del servicio.
Entonces, ¿quién tuvo la culpa de la colisión? ¿La empresa o los empleados?
Después de la colisión, Lamartine fue cancelado, claro, (era de la vieja gestión y no tenía un padrino). Sin embargo, esta medida no fue la aplicada para Castro, puesto que (era de la nueva gestión y sí tenía un padrino). Este último solo fue sancionado mediante (suspensión por un mes sin derecho a sueldo). Luego de cumplido este tiempo, fue reintegrado a sus funciones de conductor como si nada hubiera pasado.
Lo que no se sabe
El conductor que fue cancelado (Claudio Lamartine), ofreció una entrevista a un medio de comunicación que nunca salió a la luz, y hasta el momento se desconocen las razones. Posteriormente, Lamartine pareció desaparecer de la faz de la tierra. Sus familiares solo decían a la prensa que no se encontraba en su residencia (nunca estaba).
¿Qué habrá detrás de todo esto? Es una interrogante, que al día de hoy no tiene una respuesta.
Continúan los escándalos en 2023
En octubre del 2023, en la estación Horacio Vasquez, un conductor aperturó las puertas hacia la entrevía (lado opuesto al andén), donde se estuvo al desencadenar una tragedia.
El conductor explicó que el tren no permitía la apertura de puertas de un solo lado del andén, por lo que decidió poner el selector de modo en maniobras y autorizó la apertura general de las puertas. pero, al hacer eso ¿El conductor analizo las consecuencias de ese acto? es evidente que no. ¿Que hubiera pasado si en ese momento hubieran caido varios usuarios a la via? el desenlace de la historia fuera diferente al dia de hoy.
En noviembre, cinco usuarios quedaron atrapados en el ascensor de la estación Rosa Duarte por aproximadamente 1 hora.
Los usuarios tuvieron que ser asistidos por el cuerpo de bomberos debido a que el personal de la institucion no pudo realizar el rescate.
Escandalos del 2024
Mujer resulta herida tras caerle un panel de luz: En junio de este año, una mujer resultó herida después de que un panel de luz cayó en la estación Gregorio Luperón ocasionandole heridas en la cabeza.
El 10 de septiembre el youtuber «Luisito Comunica» fue detenido por violentar medidas de seguridad. Lo cuestionable no es la detención, sino los métodos utilizados para ejecutar las medidas.
Esposado, agredido y hasta le sacaron la macana. Se entiende que hay que hacer respetar las reglas de la institución, ¡eso no se discute! pero hay manera más pertinentes de hacer cumplir el orden.
El caos, el desorden, desorganización, irregularidades y situaciones sin esclarecer son términos que caracterizan a la OPRET, por lo cual es de suma importancia la intervención de las autoridades correspondientes para que tomen cartas en el asunto antes de que ocurra una tragedia que desencadene consecuencias mortales.
Se supone que los funcionarios se designan para mejorar las condiciones de las instituciones públicas; sin embargo, la gestión de Rafael Santos ha hecho todo lo contrario con esa entidad gubernamental. La inoperancia, atropellos, ineficiencia, caos y desorden son las palabras que caracterizan a esa institución bajo el yugo de Santos ¡Ya basta!