Antonio, cuyo nombre es ficticio, comparte su experiencia de una noche de invierno en 2016, cuando cruzó la frontera entre México y Estados Unidos después de un viaje de trece días que comenzó en Belice, donde llegó como turista desde Santo Domingo en avión.
Esta fue su segunda intentona para cruzar la frontera, y su travesía fue similar a la de más de 25 mil dominicanos que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos en 2022, según lo reveló Greg Segas, ex cónsul de la Embajada estadounidense en Santo Domingo, en declaraciones a un programa de televisión en mayo.
El cónsul consideró inusual la alta cifra de dominicanos utilizando esta ruta, que representa al menos dos o tres veces más que años anteriores, dado que lo más común era optar por la vía marítima hacia Puerto Rico.
Aunque los viajes ilegales a través del peligroso Canal de la Mona hacia Puerto Rico continúan, con un aumento significativo en detenciones en 2023 en comparación con años anteriores, parece que más dominicanos están buscando alternativas para llegar a Estados Unidos. Esta nueva tendencia sugiere que la búsqueda de oportunidades en el país norteamericano está impulsando a algunos a buscar rutas menos tradicionales y más arriesgadas.
Antonio menciona que sus motivaciones fueron económicas y el deseo de una vida mejor para sus hijos, especialmente uno de ellos con necesidades especiales debido a una discapacidad. El viaje desde Belice hasta la frontera con Estados Unidos no fue económico y estuvo lleno de riesgos.
Explica que el sistema funciona a través de un garante, parte de una red que cruza fronteras y ayuda al migrante a buscar empleo en Estados Unidos para pagar la deuda contraída. Su deuda inicial fue de 25 mil dólares, la cual logró pagar en dos años.