Los Guandules, un barrio ubicado a orillas del río Ozama en el Distrito Nacional, ha sido históricamente conocido por su alta delincuencia y violencia, siendo catalogado como un “barrio caliente” en la jerga dominicana. Este estigma se construyó a partir de una realidad pasada marcada por tiroteos, atracos y homicidios, que provocaban una percepción negativa y discriminación hacia sus habitantes. Sin embargo, los residentes aseguran que la situación ha cambiado, y actualmente Los Guandules es un lugar más seguro y tranquilo.
Jerson Batista, secretario de la Coordinadora de Organizaciones de Los Guandules (Codegua), participó en un encuentro con representantes del periódico Listín Diario, donde expresó que el barrio ya no es el foco de delincuencia que solía ser. Aunque en 2015 un informe del Observatorio Ciudadano del Ayuntamiento del Distrito Nacional colocaba a Los Guandules y La Ciénaga entre los sectores más violentos, con 33 homicidios registrados en un año, los habitantes insisten en que hoy viven en un ambiente de mayor seguridad.
A pesar de la disminución en los niveles de criminalidad, el principal reto que enfrentan los residentes es superar el estigma de ser un “barrio caliente”. Esta etiqueta no solo afecta la imagen de la comunidad, sino también a sus jóvenes, quienes temen ser rechazados en oportunidades laborales debido a la reputación del lugar donde viven. Según Batista, muchos jóvenes ocultan que residen en Los Guandules para evitar la discriminación.
Aunque reconocen que algunos jóvenes aún presentan malas conductas, los líderes comunitarios insisten en que no quieren excluirlos, sino reintegrarlos a la sociedad. Para ello, solicitan más apoyo de las autoridades, especialmente en programas como Oportunidad 14-24, que busca ayudar a adolescentes y jóvenes entre 14 y 24 años. Los líderes comunitarios, muchos de los cuales crecieron en el mismo barrio bajo circunstancias difíciles, destacan que han logrado mejoras significativas para la comunidad, como la construcción de escuelas, calles y acceso a electricidad.
Además, los residentes piden que se reanuden las actividades culturales, como el carnaval que antes se celebraba en el barrio. Estas actividades, dicen, ayudan a fortalecer la identidad comunitaria y brindan espacios de esparcimiento a sus habitantes. Sin embargo, la falta de recursos ha obstaculizado su realización.
Los Guandules es un barrio en proceso de transformación, donde sus dirigentes y vecinos trabajan unidos para cambiar su imagen y brindar un futuro mejor a sus jóvenes. La comunidad invita a personas de otros sectores a visitarlos y comprobar que Los Guandules ya no es el lugar peligroso que muchos aún creen, sino un espacio de progreso y convivencia pacífica.