TOKYO, JAPÓN.- La capital japonesa está a punto de implementar una semana laboral de cuatro días para los empleados del gobierno, como parte de su esfuerzo por apoyar a las madres trabajadoras y mejorar las tasas de natalidad, que se encuentran en niveles históricamente bajos.
El Gobierno Metropolitano de Tokio ha señalado que este nuevo esquema, que comenzará en abril, permitirá a los empleados tener tres días libres cada semana. Además, ha anunciado otra política que permitirá a los padres con hijos en primero a tercero de primaria reducir un porcentaje de su salario a cambio de poder salir más temprano del trabajo.
“Revisaremos los estilos laborales… con flexibilidad, para asegurar que nadie tenga que abandonar su carrera debido a circunstancias de la vida como el parto o el cuidado de los hijos”, declaró la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, al presentar el plan en un discurso político el miércoles.
“Es el momento adecuado para que Tokio lidere el camino en la protección y mejora de las vidas, el bienestar y la economía de nuestra población en estos tiempos difíciles para el país”, agregó.
Demografía japonesa
La tasa de natalidad de Japón, que ha caído considerablemente durante los últimos años, alcanzó otro mínimo histórico en junio, a pesar de los esfuerzos del gobierno para motivar a los jóvenes a casarse y formar familias.
En 2023, solo se registraron 727,277 nacimientos, y la tasa de fertilidad —el promedio de hijos por mujer— cayó a un nivel récord de 1.2, según el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar. Para mantener estable a una población, la tasa de fertilidad debe ser de 2.1.
El gobierno japonés ha implementado una serie de políticas urgentes para abordar la crisis demográfica, como asegurar que los hombres tomen licencias de paternidad, mientras que otros gobiernos locales también han adoptado medidas para mejorar las condiciones laborales.
Varios sociólogos atribuyen la caída constante de la tasa de natalidad a la rigurosa cultura laboral de Japón y al aumento de los costos de vida. Las largas jornadas laborales han sido un problema durante años en las empresas japonesas, donde los empleados a menudo sufren riesgos para la salud y, en casos extremos, mueren por exceso de trabajo, un fenómeno conocido como “karoshi”.
Al igual que en otros países, la cultura del exceso de horas extras hace que el embarazo y la crianza de los hijos sean aún más complicados.
Banco Mundial
De hecho, según el Banco Mundial, la brecha de género en la participación laboral en Japón es más amplia que en otros países de altos ingresos, con una participación laboral femenina del 55% y masculina del 72% el año pasado.
El modelo de semana laboral de cuatro días ha generado interés en Occidente, donde algunas empresas están explorando horarios comprimidos como una forma de atraer talento que busque un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Algunos estudios sugieren que este modelo mejora el bienestar y la productividad de los empleados.
Sin embargo, esta idea sigue siendo vista como radical en las empresas japonesas, que suelen asociar el tiempo dedicado al trabajo con la lealtad a la compañía.
Tokio no es el único lugar de Asia que está implementando políticas laborales más amigables con la familia. A principios de este año, Singapur introdujo nuevas directrices que requieren que todas las empresas consideren las solicitudes de los empleados para obtener condiciones laborales flexibles, como semanas de trabajo de cuatro días o horarios más flexibles.