Tokio, Japón El gobierno japonés ha anunciado una innovadora propuesta para enfrentar un problema moderno pero cada vez más común: la gestión de las cuentas digitales tras el fallecimiento de sus usuarios.

El Centro Nacional de Asuntos del Consumidor de Japón ha detectado un incremento significativo en las quejas sobre servicios y suscripciones online que siguen cobrándose incluso después de la muerte del titular.

Esta iniciativa, que forma parte de una estrategia más amplia para adaptarse a la era digital, busca que los ciudadanos japoneses incluyan en sus testamentos detalles cruciales como usuarios, contraseñas y listas de sus cuentas digitales. El objetivo es facilitar a los familiares el manejo de la huella digital del difunto, asegurando que se cumpla su voluntad en cuanto a la privacidad y el legado digital.

La importancia de esta medida no se limita a evitar cargos no deseados; también abarca la gestión de información personal valiosa o sensible que puede encontrarse en redes sociales, correos electrónicos y otras plataformas digitales. Desde fotos familiares hasta blogs y obras creativas digitales, todo este contenido podría quedar perdido o inaccesible sin un plan claro.

El gobierno propone cuatro pasos fundamentales para esta gestión post-mortem:

  1. Acceso a Dispositivos: Permitir que los familiares puedan desbloquear dispositivos electrónicos si es necesario.
  2. Listado de Cuentas: Mantener una lista actualizada de todas las cuentas digitales, incluyendo usuarios y contraseñas.
  3. Documentación: Guardar esta lista en un documento que sea accesible después de la muerte.
  4. Servicios de Gestión: Utilizar servicios que permitan designar a alguien para manejar las cuentas digitales tras el fallecimiento.

La propuesta no solo responde a una necesidad práctica sino que también refleja una creciente conciencia sobre la administración de nuestro legado digital. En el mercado ya existen soluciones como la aplicación Dead Man’s Switch, que envía correos de emergencia si no se usa durante un período, o la opción de «contacto de legado» de plataformas como Facebook, que permite a los usuarios designar a alguien para gestionar su cuenta después de su muerte.

Esta iniciativa podría establecer un precedente global, planteando la pregunta: ¿Deberían otros países adoptar medidas similares para asegurar que la vida digital de una persona sea manejada con el mismo cuidado que sus bienes físicos?

La propuesta ha sido bien recibida por expertos en tecnología y derechos digitales, quienes ven en ella un paso necesario hacia una mayor conciencia sobre la gestión del legado digital en una sociedad cada vez más conectada.