Cada día en los Estados Unidos se reportan miles de incidentes a causa de violencia armada, incluyendo tiroteos masivos, homicidios y tiroteos en contextos domésticos o de crimen organizado. Los tiroteos tienen un profundo impacto en las comunidades afectadas, incluyendo trauma psicológico, pérdidas económicas y cambios en la forma de ver la seguridad.

Los episodios violentos involucran la muerte o lesión de un gran número de personas y, en la mayoría de los casos, reciben una amplia cobertura mediática. Ejemplos notables son los tiroteos ocurridos en escuelas, centros comerciales o eventos públicos.

¿Por qué ocurre esto con frecuencia?

Una de las principales razones de estos incidentes es la disponibilidad de armas de fuego, siendo uno de los factores más discutidos debido a que Estados Unidos tiene leyes un tanto permisivas en comparación con otros países, lo que contribuye al alto número de armas en circulación.

Otros factores a considerar son: la pobreza, el desempleo y la falta de acceso a servicios de salud mental, lo que contribuye al aumento del riesgo de violencia. Asimismo, la cultura de la violencia y la normalización de la resolución de conflictos a través de medios violentos también juegan un papel fundamental.

Casos específicos de este año

En enero, un tiroteo perpetrado por un adolescente de 17 años en una escuela secundaria de un pequeño pueblo de Iowa en el primer día de clases después de las vacaciones de invierno dejó un saldo de un muerto y cinco heridos. El estudiante de secundaria tenía dos armas, una escopeta y una pistola, y luego de cometer el hecho se suicidó.

Un joven de 17 años en California fue acusado de matar a cuatro miembros de una familia vecina en el centro de California, de 81, 61, 44 y 43 años, en Reedley, un pequeño pueblo cerca de Fresno. Los cuerpos se encontraron, tres en el jardín trasero de la casa de las víctimas, incluido uno enterrado a poca profundidad, y otro en el garaje independiente de la casa del adolescente.

El 13 de enero en Texas, un hombre de 46 años mató a tiros a su esposa y a otros tres familiares, incluida su sobrina de 8 años, en una casa en los suburbios de Houston y luego se suicidó. Además de matar a su sobrina y a su esposa, también asesinó al hermano y hermana de ella, de 43 y 46 años respectivamente.

El 21 de enero en Illinois, un hombre de 23 años les disparó a ocho personas, incluidos siete de sus familiares, e hirió a una novena persona en un suburbio de Chicago; luego se disparó fatalmente. Entre las víctimas se encontraban su madre, sus hermanos, una tía, un tío y dos hombres que quizás no conocía. Fueron encontrados en dos viviendas, una de ellas afuera de un edificio de apartamentos y la otra en una calle residencial.

Ese mismo día, en la misma localidad, un hombre de 63 años en los suburbios de Chicago mató a su esposa y a sus tres hijas adultas en un tiroteo por cuestiones domésticas. El individuo supuestamente les disparó a los cuatro miembros de la familia de 53, 24 años y dos gemelos de 25 años después de una discusión en su casa, por lo que fue acusado de cuatro cargos de asesinato en primer grado.

Febrero

El 7 de febrero en Pensilvania, seis personas murieron a causa de un incendio que destruyó una casa a unos 8 kilómetros de Filadelfia; los fallecidos, incluidos tres niños, fueron asesinados por un pariente de 43 años, el cual también murió después de dispararles y herir a dos agentes de policía.

En California, un tiroteo a mano de pandilleros que duró varias horas dejó el saldo de cuatro personas muertas: un hombre en la ciudad de Bell, un hombre en el estacionamiento de un centro comercial de Los Ángeles, un niño de 14 años en la ciudad de Cudahy, y un hombre sin hogar en la ciudad de Huntington Park. Al menos otro menor resultó herido.

El 16 de febrero en Alabama, cuatro hombres murieron en un tiroteo desde un vehículo en movimiento en un vecindario cuando varias personas estaban de pie afuera de una casa mientras les lavaban sus autos, cuando alguien pasó y abrió fuego.

El 19 de febrero en Ferguson, Missouri, una mujer de 39 años incendió intencionalmente su casa para matarse a sí misma y a sus cuatro hijos, de 2, 5, 9 y 9 años. La madre prendió fuego a un colchón y había una nota en la que se indicaban sus intenciones de suicidarse y matar a sus hijos.

Marzo

En King City, California, tres hombres con máscaras oscuras a bordo de un Kia plateado abrieron fuego en una fiesta al aire libre en el centro de California, matando a cuatro personas, tres hombres y una mujer, e hiriendo a otras siete. Asimismo, en Honolulu, Hawái, una mujer y tres niños de 10, 12 y 17 años fueron asesinados a puñaladas en una casa del área residencial de Manoa por el marido de la mujer, quien luego de cometer el hecho se suicidó.

Mientras tanto, en Rockford, Illinois, un hombre de 22 años fue acusado de un ataque frenético de apuñalamientos y golpizas que dejó cuatro muertos en cuestión de minutos y al menos siete heridos.

Abril

Una joven de 22 años en Florida disparó contra dos hombres después del eclipse solar porque “Dios se lo ordenó”. El día 21, dos personas murieron y seis resultaron heridas durante un tiroteo que se produjo en medio de una fiesta callejera en la ciudad de Memphis, estado de Tennessee.

El 30 de abril en Carolina del Norte, cuatro policías perdieron la vida y cuatro resultaron heridos en un tiroteo.

Mientras que, entre los meses de mayo a agosto ocurrieron alrededor de 50 tiroteos masivos en diferentes escuelas de EE.UU.

Último ataque

El terror de las armas visitó de nuevo una escuela en Estados Unidos cuando un adolescente de 14 años abrió fuego en un pasillo del instituto Apalachee, en el condado de Barrow, unos 80 kilómetros al noreste de Atlanta, donde al menos cuatro personas murieron y otras nueve resultaron hospitalizadas.

El fenómeno de la violencia armada en los Estados Unidos es un tema complejo y multifacético que desafía a la sociedad en muchos niveles.

Además de los tiroteos masivos, la violencia armada en general, incluyendo tiroteos en áreas urbanas, incidentes de violencia doméstica y otras formas de violencia armada, también sigue siendo un problema significativo para EE. UU.

Violencia armada y salud mental

En los casos de violencia masiva, especialmente en los tiroteos perpetrados en escuelas, la salud mental se identifica como una causa del problema. Aunque sorprendentemente, existen pocas evidencias de que las personas diagnosticadas con enfermedades mentales tienen más probabilidades que nadie de cometer delitos con armas de fuego, la realidad es que la relación entre salud mental y violencia ha llevado a debates sobre la necesidad que existe de mejorar los casos de violencia masiva, especialmente los tiroteos en escuelas.

En algunos casos, las enfermedades mentales se identifican como una causa del problema. Asimismo, algunos trastornos mentales pueden ser un factor de riesgo para comportamientos violentos, pero no son la única causa; hay situaciones que también juegan un rol significativo en este tipo de conducta, como antecedentes de abuso, problemas familiares, aislamiento social y acceso a armas. De la misma manera, los victimarios muestran señales de advertencia, como cambios en el comportamiento, comentarios sobre el daño a sí mismos o a otros, o manifestaciones de ira y desesperación.

Algunos individuos que han llevado a cabo tiroteos en escuelas han sido diagnosticados con trastornos mentales; en algunos casos, trastornos como la esquizofrenia, el trastorno límite de la personalidad o trastornos de conducta pueden estar presentes. Sin embargo, es crucial entender que la gran mayoría de las personas con problemas de salud mental no son violentas.

A menudo, los problemas de salud mental en los perpetradores de tiroteos escolares están asociados con otros factores de riesgo, como el acoso escolar, el aislamiento social, el abuso de sustancias o problemas familiares. Estos factores pueden interactuar con problemas de salud mental para aumentar el riesgo de violencia.

Factores que influyen

La fácil accesibilidad a las armas es sin duda uno de los factores más críticos en los asesinatos. Estados Unidos tiene una de las tasas más altas de posesión de armas en el mundo, y las leyes relativamente permisivas contribuyen a una alta densidad de armas en la población. Esto no solo aumenta la probabilidad de que las armas caigan en manos de personas que podrían usarlas de manera violenta, sino que también facilita que se cometan actos de violencia impulsiva o planeada.

Los registros de alta criminalidad y violencia, como los asociados con pandillas y conflictos urbanos, pueden contribuir a una mayor incidencia de tiroteos.

En ese mismo orden, las diferentes noticias de violencia mostradas en los medios de comunicación y en la cultura popular, como en películas y videojuegos, pueden influir en la percepción de la violencia y su normalización. También, la historia personal del individuo, como experiencias de trauma, abuso o aislamiento social, puede ser un factor en su comportamiento violento.

Por último, los tiroteos pueden tener un efecto de imitación, donde los eventos mediáticos de tiroteos pueden inspirar a otros a cometer actos similares.

Para reducir los actos violentos en ese país, es crucial adoptar medidas estrictas que incluyan la regulación de las armas, mejoras en los servicios de salud mental y estrategias preventivas que aborden tanto los problemas sociales como los individuales.

Solo mediante una acción coordinada y bien estructurada se podrá reducir la violencia armada y los devastadores efectos que genera en Estados Unidos.

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