El programa será administrado por el Banco Mundial y es para migrantes legales.
ESPAÑA.- Este acuerdo surge durante la participación de la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, en las reuniones de Primavera del Banco Mundial en Washington, donde se lanzará una ‘Alianza Global de Habilidades’ entre España y América Latina.
El programa tiene como objetivo mejorar la gestión de la migración, considerando la significativa diáspora de estos tres países latinoamericanos en España. Incluye una evaluación de la demanda laboral en España, así como asistencia técnica y formación para mejorar los sistemas de gestión e intervenciones que mejoren las rutas migratorias.
Durante la reunión, Saiz destacó el papel crucial de los trabajadores extranjeros en España, que representan el 13% de los afiliados, aproximadamente 2.8 millones de personas. Colombia, con 180,000 trabajadores, es uno de los principales contribuyentes, seguido por Ecuador con cerca de 71,000 y República Dominicana con alrededor de 30,000.
El programa busca responder a las necesidades futuras de España, proyectando la incorporación de entre 200,000 y 250,000 migrantes anualmente hasta 2050 para mantener su Estado del Bienestar. El Banco Mundial ha elogiado esta iniciativa, señalando que ya ha tenido éxito en otros países europeos como Alemania, Kosovo, Bélgica y Marruecos.
El acuerdo también contempla la implementación de programas piloto en el sector de la salud. Bajo este acuerdo, el país de destino proporciona financiamiento y tecnología para capacitar a personas en el país de origen en habilidades demandadas en ambos lugares. Luego, estas personas pueden optar por quedarse en su país o migrar legalmente al país de destino para trabajar.
La ministra participará en una mesa ministerial adicional durante las Spring Meetings, esta vez con otros países tanto de origen como de destino, con el objetivo de establecer asociaciones exitosas y sostenibles para abordar la migración.
En última instancia, el objetivo es aprovechar la migración como una oportunidad económica, transformando el riesgo de fuga de cerebros en una ganancia y proporcionando empleos dignos a millones de personas, incluidos jóvenes y mujeres, tanto en el país como en el extranjero.