El martes 13 es, para muchas culturas hispanohablantes, una fecha marcada por la superstición y el temor. Aunque para algunos no pasa de ser un día más, otros evitan tomar decisiones importantes como casarse, viajar o firmar contratos, aferrados a una creencia que ha trascendido generaciones.

Pero, te preguntarás, ¿de donde salió esta creencia? esta teoría tiene su origen en la tradición grecorromana, el martes está vinculado a Marte, el dios de la guerra. Este simboliza la violencia, el conflicto y la destrucción, lo cual convierte a este día en un sinónimo de mal augurio. La idea de que cualquier empresa iniciada en martes puede terminar mal tiene raíces en estas asociaciones antiguas con el caos y la agresividad.

Por otro lado, el número 13 ha sido históricamente percibido como “irregular” o incluso maldito. Rompe con la armonía del número 12, que está presente en estructuras consideradas perfectas o completas: los meses del año, los signos del zodiaco, las horas del reloj y hasta los apóstoles en la Última Cena. Precisamente, según algunas versiones, Judas Iscariote, el traidor de Jesús, fue el número 13 en sentarse a la mesa.

La fusión del martes con el número 13 ha dado origen a un fenómeno cultural profundamente arraigado en países como España, México, Argentina y República Dominicana. “En martes, ni te cases, ni te embarques, ni de tu casa te apartes” es un refrán que resume el espíritu de prevención que acompaña esta fecha.

Como muchas otras supersticiones, el martes 13 plantea un debate entre la casualidad y la sugestión. ¿Es realmente una fecha desafortunada o solo le atribuimos poder porque esperamos que algo malo ocurra?

Recordemos que «El miedo no está en el número, sino en lo que creemos que puede pasar», en este tipo de creencia la autosugestión juegaa un papel importante ya que cualquier imprevisto (por mínimo que sea) psicologicamente se le atribuirá al temido «martes 13» tal vez el problema no sea el número ni el día…