OPINIÓN, LUIYI ESPINOSA.- Ese tipo de discurso que genera división, y que a veces nace de un simple comentario que se hace bajo la emoción de un discurso, en reuniones multitudinarias de gran impacto. Pero lo que termina saliendo en la prensa no es lo positivo del evento, sino la supuesta “dura campaña” que llevan, no los candidatos, sino quienes opinan en estos escenarios. Algunos aseguran ser los más cercanos, los más de la base, y con eso a veces terminan diciendo cosas que en vez de sumar, dividen.
Gracias a Dios, en el PRM los candidatos se están tratando con mucha armonía.
Yayo, Carolina y David han manejado un discurso muy respetuoso.
Yayo apuesta a la unidad y siempre dice que ha trabajado con todos.
Carolina jamás ha ofendido a ningún otro precandidato.
Y David, aunque trabaja su proyecto político, nunca se le ha escuchado un discurso afirmando su candidatura ni atacando a nadie, se ha mantenido en su línea institucional.
Esa armonía entre ellos es lo único que puede combatir el discurso de división.
Porque hay dirigentes que, queriendo vender a su candidato, lo hacen acabando con los otros. Y eso no ayuda al partido. Al contrario, daña la imagen, crea más separación y aleja a los que quieren ver una política más sana.
Promover a un candidato no debe ser a costa de tumbar a otro. La política debe ser de propuestas, no de ataques.