Un tribunal en Jinan, provincia de Shandong, China, condenó al expresidente del Banco de China, Liu Liange, a la pena de muerte conmutada por cadena perpetua tras ser hallado culpable de aceptar sobornos. La corte determinó que Liu aceptó más de 121 millones de yuanes (aproximadamente 17 millones de dólares) en sobornos entre 2010 y 2023.
Aunque la sentencia inicial fue de muerte, la pena se suspendió durante dos años y luego se conmutó a cadena perpetua. Además, Liu fue despojado de sus derechos políticos de por vida, sus bienes personales fueron confiscados y las ganancias ilícitas obtenidas por sus actos serán devueltas al Estado.
El juicio contra Liu comenzó en febrero, cuando la Fiscalía Suprema Popular lo acusó de abuso de poder para facilitar ayudas financieras ilegales. Entre las principales acusaciones que enfrentó Liu se incluyen la aprobación indebida de préstamos, la facilitación de financiamiento para proyectos en los que estaba involucrado, y la realización de nombramientos inapropiados dentro del banco.
Además, se le acusó de emitir préstamos en violación de las regulaciones del sector bancario, lo que resultó en pérdidas millonarias para el Banco de China y causó un daño significativo a la estabilidad financiera del país.
El caso de Liu Liange ha sido uno de los más sonados dentro de la campaña anticorrupción que el presidente chino Xi Jinping ha promovido durante su mandato, que ha incluido investigaciones a altos funcionarios y empresarios influyentes.
Según las autoridades, Liu abusó de su poder para otorgar ayudas financieras ilegales a empresas y personas a cambio de sobornos.