La pobreza en la República Dominicana es una realidad compleja que abarca diversas dimensiones de privación y carencia. Para medir esta situación, se emplean diferentes metodologías, entre las cuales destacan dos en particular:
La Metodología Oficial de 2022 establece un umbral de pobreza general, fijando un nivel de ingreso mensual de $22,176 para un hogar promedio de 3.1 personas. Este enfoque se centra principalmente en los aspectos económicos de la pobreza, considerando el nivel de ingresos como el principal indicador.
Por otro lado, la Metodología Multidimensional ofrece una perspectiva más amplia al evaluar la pobreza a través de diversos indicadores. Estos incluyen el acceso a servicios básicos como agua potable, electricidad y saneamiento, así como el bienestar infantil, la nutrición, la escolaridad y otros aspectos relacionados con la calidad de vida.
A pesar de los esfuerzos realizados, la pobreza sigue siendo un desafío persistente que requiere de acciones coordinadas y sostenidas para su erradicación y reducción significativa.
Pobreza general:
De acuerdo con la Metodología Oficial 2022, la tasa de pobreza general en el año 2022 se situó en el 27.7%, reflejando una reducción del 3.0% en comparación con el año anterior.
Para el trimestre comprendido entre abril y junio de 2023, esta tasa descendió aún más, alcanzando un mínimo del 23.4%. Esta es la cifra más baja registrada desde el segundo trimestre desde el año 2016.
Pobreza extrema: en cuanto a la pobreza extrema, se registró una tasa del 9.4% durante el año 2022, evidenciando una realidad persistente en la que una parte significativa de la población enfrenta condiciones de extrema vulnerabilidad económica y social.
Pobreza por regiones: al analizar la distribución geográfica de la pobreza, se observan entre las diferentes regiones del país: la región Enriquillo destacó por presentar la mayor tasa de pobreza general en el año 2022, alcanzando un preocupante 47.2%. Esta cifra refleja los desafíos económicos y sociales que enfrenta esta zona del país. En contraste, la región Cibao Sur exhibió la menor tasa de pobreza general en el mismo período, con un 14.7%.
Salud
En el ámbito de la salud, diversos indicadores revelan las diferencias marcadas entre los sectores más pobres y los más ricos de la población dominicana:
Mortalidad infantil: según datos del Boletín Estadístico de Salud de 2020, la tasa de mortalidad infantil entre los más pobres alcanzaba los 15.4 por cada 1000 nacidos vivos, mientras que entre los más ricos esta tasa se reducía a 3.4.
Desnutrición crónica: la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR) de 2021, realizada por la ONE, reportó que la tasa de desnutrición crónica en niños menores de 5 años era del 9.8% entre los más pobres, en contraste con el 2.4% entre los más ricos.
Acceso a servicios de salud: el Panorama Social de América Latina de 2022, señala que las personas en situación de pobreza encuentran obstáculos significativos para acceder a servicios de salud de calidad.
Educación
La educación, siendo un pilar fundamental para el desarrollo humano y social, revela datos significativos, desigualdad entre los sectores más desfavorecidos y los más privilegiados:
Abandono escolar: el Ministerio de Educación informó que en el año 2021 la tasa de abandono escolar entre los más pobres en el nivel primario era del 13.2%, contrastando con el 2.5% entre los más ricos.
Acceso a la educación superior: el informe sobre el Desarrollo Mundial del Banco Mundial en el 2023, señala que las personas en situación de pobreza enfrentan significativas barreras para acceder a la educación superior. La falta de recursos económicos, la limitada oferta de becas y programas de apoyo, así como las desigualdades en el sistema educativo, contribuyen a perpetuar esta brecha educativa entre los diferentes estratos socioeconómicos de la población.
Acceso a servicios básicos:
Este es un indicador que mide el nivel de desarrollo y calidad de vida de una sociedad.
Agua potable: datos de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, en el año 2020, el 7.4% de la población en situación de pobreza carecía de acceso a agua potable. en contraste, entre la población con mayores recursos, este porcentaje era menor, con un 0.8%.
Saneamiento: el mismo informe señala que en el año 2020, el 15.2% de la población en situación de pobreza no disponía de un sistema de saneamiento adecuado. En comparación, entre la población con mayores recursos, este porcentaje se reducía al 3.1%.
Electricidad: en cuanto al acceso a electricidad, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles reporta que en el año 2020, el 6.2% de la población en situación de pobreza carecía de este servicio esencial. Entre la población con mayores recursos, este porcentaje era solo un 0.1%.
Oportunidades de desarrollo:
El acceso al empleo decente y bien remunerado es fundamental para romper el ciclo de la pobreza y promover la inclusión socioeconómica. Sin embargo, las personas en situación de pobreza enfrentan importantes obstáculos en este aspecto:
Empleo: las personas en situación de pobreza tienen menos oportunidades de acceder a un empleo digno y bien remunerado, informó el Ministerio de Trabajo. Esta situación dificulta la capacidad para satisfacer las necesidades básicas y mejorar su calidad de vida.
Emprendimiento: el emprendimiento se presenta como una alternativa para generar ingresos y salir de la pobreza. Sin embargo, las personas en situación de pobreza enfrentan mayores dificultades para iniciar y desarrollar un negocio debido a la falta de recursos y apoyo financiero especificó el Banco Interamericano de Desarrollo.
Inclusión social: la exclusión social y la discriminación son fenómenos que afectan de manera desproporcionada a las personas en situación de pobreza. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo dio a conocer que, esta población está más expuesta a la marginación y al estigma social, lo que dificulta su participación plena en la sociedad y limita sus oportunidades de desarrollo personal y profesional.
Enfrentar estos desafíos requiere de políticas y programas integrales que promuevan la igualdad de oportunidades, fomenten la creación de empleo digno, impulsen el emprendimiento inclusivo y combatan la exclusión social y la discriminación. Solo a través de un enfoque multidimensional y coordinado se podrá avanzar hacia una sociedad más justa, equitativa e inclusiva para todos.
El acceso y la calidad de la educación reflejan la urgente necesidad de políticas y programas que promuevan la equidad educativa y garanticen el acceso igualitario a oportunidades de aprendizaje para todos los niños y jóvenes dominicanos, independientemente de su origen socioeconómico.
Asimismo, se subrayan la necesidad de políticas y programas destinados a garantizar el acceso equitativo a servicios básicos para todos, con el objetivo de reducir la brecha socioeconómica y promover un desarrollo sostenible.