El canciller dominicano, Roberto Álvarez, reafirmó hoy ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) la decisión de la República Dominicana de deportar hasta 10 mil haitianos semanales que se encuentren en situación irregular en el país.

Durante su intervención, el ministro de Relaciones Exteriores, quien asistió a la sesión como invitado para discutir la situación de Haití, calificó de insensato el llamado de las autoridades haitianas para detener las deportaciones.

«El gobierno dominicano no puede aceptar el insensato llamado a detener las repatriaciones, pues este sería el equivalente a declarar una frontera abierta, incentivando una mayor migración irregular al país, esto jamás lo permitiremos», sentenció.

Poco antes, el embajador haitiano ante la ONU, Antonio Rodríguez, ofreció su intervención, en la que expuso la situación de su país y aprovechó la plataforma internacional para denunciar las deportaciones realizadas por las autoridades dominicanas. Señaló que estas acciones constituyen «una violación de los derechos humanos y del principio de vecindad» por parte de su país vecino.

Durante su intervención en una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el diplomático haitiano pidió apoyo internacional para frenar estas acciones, advirtiendo que la repatriación masiva de personas coloca a Haití en una situación crítica y repercute negativamente en las relaciones bilaterales entre los dos países.

No obstante, el canciller dominicano indicó que, a tres meses de la llegada de la misión multinacional en Haití, no se han observado mejoras significativas en la estabilización del país. Ante esta situación, el Gobierno dominicano se ha visto obligado a intensificar sus medidas debido al peso insostenible de la migración irregular.

Álvarez recordó que República Dominicana es un país solidario, pero su límite a la hora de ayudar es la preservación de la seguridad nacional y el cumplimiento de las leyes.