La carrera política del presidente de los Estados Unidos Joe Biden está en su momento más crítico, esta semana será decisiva para saber si el desafío de Biden salvará su candidatura a la reelección o si los demócratas, que cuestionan su capacidad para un segundo mandato, conseguirán presionarlo para que se aparte de la carrera.
Aunque solo una parte de los demócratas que conforman la Cámara de Representantes ha pedido públicamente al presidente que ponga fin a su campaña, existe una profunda inquietud dentro del partido ante la posibilidad de que Biden, que sacó a Donald Trump de la Casa Blanca hace cuatro años, pueda arruinar su legado y arrojar al país a un territorio político desconocido al no lograr disuadir a los votantes de enviar a su rival de vuelta al Despacho Oval tras las elecciones de noviembre.
Algunos miembros dijeron que Biden debería irse, y hay un consenso entre decenas de legisladores del partido de que necesita hacerse a un lado. Pero una reunión que el senador Mark Warner había planeado para este lunes para considerar el futuro del presidente fue descartada, y el demócrata de Virginia no ha decidido si cree que Biden debe hacerse a un lado.
No obstante, Biden insistió «¡Estoy preparado para el trabajo!», además afirmó que solo el «Señor Todopoderoso» podría obligarlo a poner fin a su campaña.
La agitación que rodea el futuro de Biden está creando un ambiente sombrío dentro de la Casa Blanca, informó MJ Lee de CNN. El personal del Ala Oeste está agitado por la actuación del presidente en el debate y la cobertura de las dificultades posteriores, aunque el apoyo a su candidatura a la reelección sigue siendo fuerte en el edificio.