La representación del Papa como una figura de color negro tiene un significado simbólico y cultural importante. A lo largo de la historia, la Iglesia Católica ha sido una institución predominantemente asociada con líderes y figuras de ascendencia europea blanca. La elección de representar al Papa como una figura de color negro representa un acto de inclusión y diversidad, que refleja la creciente diversidad étnica y cultural en la comunidad católica y en el mundo en general.
Esta representación podría servir como un recordatorio de que la fe católica no está limitada por fronteras étnicas o raciales, y que las personas de todos los orígenes pueden desempeñar roles importantes en la Iglesia. También podría ser una forma de destacar la importancia de la inclusión y la igualdad en todas las instituciones religiosas y sociales.
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Se agrega a esto la representación de la formalidad, sofisticación y el establecer que el vestir de negro al estar en presencia del Papa es sinónimo de respeto, por lo que a lo largo la historia se ha mantenido como una de las reglas más importantes.
Bajo esta línea, a las mujeres se les recomienda portar un velo negro sobre la cabeza y optar por usar calzado negro de piso y un vestido o traje de dos piezas que cubra las rodillas y los hombros.
Para los hombres es recomendable un traje de color oscuro formal y recordar dirigirse al líder católica como «su santidad» y no como «su eminencia» o «su excelencia», respectivamente.