Santo Domingo, RD. – Han pasado seis meses desde la trágica noche del 8 de abril de 2025, cuando un incidente en la discoteca Jet Set cobró la vida de 236 personas, entre ellas la joven Alexandra Grullón y su esposo, Eduardo Guarionex Estella. Hoy, su madre, Melba Segura de Grullón, recuerda el dolor de aquella pérdida, pero también el compromiso que asumió desde entonces: transformar el luto en esperanza para niños y jóvenes afectados por la tragedia.

En un emotivo mensaje publicado en sus redes sociales, Segura de Grullón expresó que, aunque “las lágrimas son las únicas que no tienen fin”, en esta ocasión muchas son “de regocijo”, al ver cómo la promesa hecha a su hija se está cumpliendo.

“Contando los minutos, que a veces se alargan y a veces se encojen, llegamos a los seis meses en este nuevo camino que nuestro Creador ha mandado para ti y para mí», escribió. «Sé que estás muy pendiente de la promesa que hice junto a tus familiares y amigos más queridos, de que tocaríamos las vidas de los niños y jóvenes afectados por la tragedia, para que no detuvieran sus estudios. Tocar vidas, como nos enseñaste”.

Tras la tragedia, Melba Segura anunció la creación del Fondo Académico y Cultural Alexandra Grullón (Fondo Ale), una iniciativa destinada a cubrir los estudios de niños y jóvenes que perdieron familiares en la fatídica fiesta. A seis meses del suceso, la fundación ya ha entregado becas que han permitido a muchos estudiantes continuar con su formación.

“Hoy, en las universidades, hay jóvenes que cruzan puertas abiertas pues el Fondo Ale ya cumplió con sus becas. En las escuelas, hay niños que cantan el himno y suben la bandera pues su año escolar está garantizado», expresó con gratitud.

El apoyo de instituciones educativas, tanto colegios como universidades, ha sido clave en el cumplimiento de esta promesa, destacó Segura de Grullón. Cada día 8 de mes, desde aquel abril, la madre de Alexandra utiliza sus redes para recordar con nostalgia, pero también con fe, a su hija y yerno.

“Lo único que no tiene fin son las lágrimas, aunque esta vez la mayor parte son de regocijo de los jóvenes y sus familiares cuando les damos la noticia de la aprobación de sus becas”, manifestó.

Cerró su mensaje con una cita bíblica que ha guiado su proceso de duelo y acción: “No hay olvido posible, mi pequeña. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).