El Día Internacional de los Bancos se conmemora el 4 de diciembre, un día establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019 a través de la resolución 74/245. Este día tiene como objetivo reconocer la importancia vital de los bancos multilaterales de desarrollo y otros bancos internacionales en la financiación del desarrollo sostenible, además de la aportación fundamental de los sistemas bancarios nacionales para elevar los estándares de vida.
Historia y objetivo del Día Internacional de los Bancos
Esta celebración fue instaurada por la ONU con el propósito de enfatizar la relevancia de la colaboración financiera global y el robustecimiento de los sistemas bancarios. Dentro del contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos en 2015 como parte de la Agenda 2030, la función de los bancos se torna esencial para enfrentar retos como la eliminación de la pobreza, la inequidad y la batalla contra el cambio climático.
La financiación sostenible es fundamental para cambiar las economías y sociedades a escala mundial. Este día destaca la colaboración conjunta entre los bancos nacionales, regionales y multilaterales, que desempeñan un papel crucial en la financiación de proyectos a largo plazo, particularmente en naciones en vías de desarrollo.
La función de las entidades bancarias en el progreso sostenible
El sector financiero se topa con retos considerables, tales como la inestabilidad de los mercados globales, el cambio climático y las disparidades económicas. Estos desafíos no solo dificultan el desarrollo mundial, sino que también ponen en peligro la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los bancos de desarrollo nacionales y regionales poseen la habilidad de minimizar las desigualdades de financiación, particularmente en áreas donde los bancos comerciales no suelen involucrarse, como:
- Infraestructura sostenible.
- Energía renovable.
- Agricultura responsable.
- Innovación tecnológica.
- Inclusión financiera para micro, pequeñas y medianas empresas.
Estos bancos también cumplen un papel anticíclico durante crisis financieras, cuando los sectores privados reducen su participación por aversión al riesgo.